El pensamiento crítico es un elemento fundamental para la toma de decisiones y los comportamientos seguros ante los riesgos

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FORMATO: Online. Posibilidad de seguimiento en castellano o catalán

Podrás acceder a aquellos elementos de la acción formativa y del temario que te interesen, sin seguir ningún calendario y sin necesidad de tutorización.

FECHA: Aula abierta hasta el 30 de junio de 2023

DESTINATARIOS:  dirigido a docentes de niveles educativos hasta mayoría de edad: infantil, primaria, secundaria, PCPI (actualmente formación profesional básica), ciclos formativos de grado medio y bachillerato.

PRECIO: Gratuito

Certificado de aprovechamiento FAD para aquellas/os alumnas/os que consulten la totalidad de los contenidos en formato digital y superen los test de evaluación.

La socialización actual de niños, niñas y adolescentes es dual, más complejo que la tradicional, pues conjuga dos espacios: su vida “física” (su “yo offline”) y la virtual, (“yo online”), en permanente interacción. Por ello, su educación debe contener competencias tradicionales y otras, más recientes, propias de la sociedad digital y del conocimiento.

Internet proporciona a los y las adolescentes (como al resto de las personas), un escenario repleto de posibilidades: un entorno interactivo y circular, que fomenta la participación y el intercambio, que rompe con el modelo de comunicación unidireccional y jerárquico. Además, supone disponer de información ilimitada sobre cualquier tema y permanentemente actualizada.

Por ese motivo, es especialmente relevante educar en una habilidad que permita convivir con tal abrumadora cantidad de información, discriminando la que es relevante y útil de la que no: el pensamiento crítico.

Ese pensamiento crítico es una actitud vital que debe ir más allá de su aplicación a un sólo ámbito. Es un conjunto complejo de capacidades que son todo un proceso en sí mismo: empezando por la comprensión de lo que se busca o lo que se recibe, la identificación de las fuentes relevantes, la búsqueda y selección, para que, una vez se disponga de la información, ser capaz de evaluar lo útil y valiosa que es la fuente y sus componentes para una tarea determinada. El proceso educativo finaliza con otra habilidad más, la de ser capaz de generar contenido adecuado y relevante.

Dentro de la vida “online”, podemos distinguir ámbitos en los que estas habilidades adquieren especial importancia actualmente: por un lado, aprender a evitar influencias de contenidos creados para desinformar y manipular, es decir, aprender el manejo de la información recibida por medios digitales, detectando prácticas desinformativas, es decir, en las que la calidad o veracidad de lo recibido no sea correcta y, por otro lado, la educación para la análisis crítico de los contenidos que consumen en su ocio digital, que ocupa actualmente gran parte de ese espacio vital (visionado de series, consultas a influencers, contenidos de videojuegos, música, etc) y tiene una gran influencia en la conformación de nuestros valores y actitudes.

Detección y manejo de la desinformación y consumo crítico de su ocio digital se muestran, por tanto, como dos magníficos escenarios vitales, cotidianos y relevantes, en los que la capacitación en pensamiento crítico es, hoy en día, imprescindible. El objetivo es educarles para que ejerzan una ciudadanía activa, crítica y comprometida con los desafíos de la sociedad digital y digitalizada que ellos y ellos conforman y deben contribuir a construir.

 

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Resumen