10 marzo, 2016

Retomo este blog, después de unos meses, para aportar algunas ideas sobre educación financiera y emprendimiento. Los que habéis leído y seguido algunos de mis post anteriores habréis notado que mis escritos son más prácticos que teóricos. Particularmente agradezco entradas en blogs educativos en los que el autor aporta herramientas prácticas.  Y esto es justo lo que encontraréis en mi sección.  Hoy mismo aporto una herramienta que me parece muy fácil y sugerente para trabajar con jóvenes de secundaria.

Más allá de los argumentos de detractores y partidarios de la educación financiera, existe una forma de abordar este tema desde la práctica y poniendo énfasis en su utilidad.

Imaginar el futuro es un proyecto (puede tener una duración estimada de dos o tres semanas) que se puede desarrollar en el ámbito de emprendimiento en el que los jóvenes se ponen en situación de independizarse de su familia.

Este es el reto que les planteamos y como el objetivo pasa por entrenar su capacidad de planificar y hacer presupuestos, vamos a partir de la hipótesis de que cuentan con 800 euros al mes para poder vivir.

Este reto permite introducir el concepto de presupuesto, como instrumento para :

  • planificar nuestros ingresos, gastos y ahorros
  • decidir sobre el uso del dinero
  • visualizar en qué gastamos el dinero
  • tomar decisiones que permitan corregir nuestros hábitos
  • comparar con compañeros sobre las prioridades

Sugiero la utilización de un KAKEBO es un método japonés de administración y ahorro de las cuentas domésticas. Es un híbrido entre agenda y libreta de cuentas. Dicen que fue ideado por Tomoko Hina, la primera mujer periodista japonesa, a principios del siglo XX para ordenar y registrar el gasto doméstico. Posteriormente, las  amas de casa lo adoptaron para organizar la economía familiar y administrar los recursos. En estos momentos hay kakebos de todos los tipos ,variedades y modelos.

Es un método en que todo se anota manualmente, hecho que no deja de sorprender en el país de la innovación tecnológica.

Podemos construir un KAKEBO en el aula y ayudarles a descubrir qué gastos fijos hay en una casa y consensuar entre todos qué gastos variables debemos considerar para contar con un presupuesto realista.

Este es un ejercicio muy interesante no sólo ni sobretodo de educación financiera sino de entrenamiento de su capacidad de elegir metas y planificar el camino para conseguirlas, un entrenamiento para la vida.