7 enero, 2017

En este post voy aprovechar para hablaros sobre el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE), un interesantísimo proyecto del que una de nuestras exalumnas se aprovechó el año pasado.

Éste es un proyecto de voluntariado internacional dirigido a jóvenes de 17 a 30 años que quieren realizar una experiencia de aprendizaje en el ámbito de la educación no formal en un país de la Unión Europea. Hay varios proyectos que los participantes pueden escoger como por ejemplo asistencia social, medio ambiente o cultura.

Los participantes deben escoger una organización en un país distinto al suyo de residencia; las organizaciones les proporcionan soporte antes, durante y después del servicio de voluntariado. Tal y como podréis ver en el enlace del vídeo, se les proporciona soporte lingüístico y administrativo además de formación antes, durante y después de su voluntariado. De esta forma, se guía a los voluntarios a lo largo de todo el proceso de aprendizaje. A grandes rasgos, comentar que el proyecto está financiado por el programa Erasmus+ y la persona voluntaria tiene cobertura en alojamiento, comida, viaje, visado, seguro médico y mensualmente recibe una pequeña cantidad de dinero.

Los voluntarios deben escoger un país y un centro donde presentar su solicitud y la entidad debe aceptar su petición. Una vez aceptada, empiezan los trámites en hacer la solicitud formal a la Unión Europea y así puede hacer el voluntariado sin ninguna gasto económico. Empieza un periodo de formación en la temática concreta y después llega el momento de partir.

Agnès Bartrina, vecina de Castellfollit de la Roca y exalumna del centro, escogió el programa de larga durada que es de un año aunque el tiempo mínimo es de 2 meses. En este tiempo Agnès participó en una actividad social sin ánimo de lucro para mejorar su desarrollo personal y profesional. Agnès se fue a Dornbirn (Austria) para trabajar de voluntaria en un centro/cafetería para discapacitados Loackerhausdonde los clientes pueden interactuar con la gente discapacitada. 

Agnès llegó a Austria con un nivel de alemán básico pero que mejoró muchísimo con las nueve horas de clase que ofrece el programa semanalmente durante dos meses. Diariamente, ella trabajaba en esta cafetería/centro  ofreciendo su ayuda en la decoración, la limpieza y la interacción con la gente. Una vez salía del trabajo, tenía su tiempo para estar con otros voluntarios y realizar actividades. En general, la experiencia permite abrirse, conocer otras culturas y ganar confianza con uno mismo.

A pesar de un duro inicio con la lengua, Agnès valora muy positivamente su experiencia y le gustaría repetirla si fuera posible. Os recomiendo ver el vídeo que se editó para celebrar el XX aniversario de SVE donde se explica todo el procedimiento a seguir para hacer un SVE en : http://garrotxajove.cat/mobilitat/servoleurop.