7 mayo, 2014

La familia es el  “grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros” (preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño)

La familia, junto a la escuela, desempeñan  el papel más destacado en el desarrollo integral de los niños y las niñas. La tarea de los padres depende de las características de los progenitores pero también de la combinación de factores de protección y de riesgo así como de las capacidades de los padres  y de las necesidades evolutivas de los hijos. Esta tarea es compleja y por ello hay Instituciones que ofrecen orientación y servicios básicos que les ayuden a garantizar el correcto desarrollo de sus hijos. No debemos considerar que únicamente las familias más vulnerables son las que precisan apoyo, es importante considerar además  una finalidad preventiva y de promoción del desarrollo de los miembros de la familia.

En esta línea, Save the Children ha elaborado una guía de intervención, “Queriendo se entiende la familia. Guía de intervención sobre parentalidad positiva para profesionales”,   en base a la metodología desarrollada por Andrés Vieytes Pasatir para el programa sobre promoción de la parentalidad  positiva (2012–2013). Esta guía supone un nuevo paradigma de intervención psicosocial en las familias  desarrollando una propuesta socioeducativa para trabajar con familias basada en este enfoque.

 Los principios básicos que definen el concepto de parentalidad positiva son: respeto hacia las necesidades específicas de los niños y las niñas, fortalecimiento de vínculos afectivos seguros y resolución de conflictos no violenta. El Consejo de Europa definió este enfoque como “un comportamiento parental que asegura la satisfacción de las principales necesidades de los niños, es decir, su desarrollo y capacitación sin violencia, proporcionándoles el reconocimiento  y la orientación necesaria que lleva consigo la fijación de límites a su comportamiento para posibilitar su pleno desarrollo“.

En nuestra experiencia personal y profesional hemos podido comprobar distintos estilos de crianza en las familias:

  • Autoritario: los padres practican la obediencia absoluta, sin plantearse ningún tipo de cuestionamiento por parte  de sus hijos e hijas. La desobediencia se percibe como un desafío a la autoridad y por tanto no hay lugar para el diálogo o el consenso. Este estilo genera en los niños y las niñas sentimientos de impotencia y rabia, ya que no pueden defenderse u opinar sobre cuestiones que les afectan pero también conductas sumisas, huidizas y en ocasiones, rebeldes.

  • Permisivo: no existe una coherencia y consistencia en la aplicación de las normas y límites. Los padres ceden a los deseos de sus hijospara evitar que tengan que lidiar con la frustración que provoca una negativa. Son padres afectuosos pero no plantean límites ante las conductas inapropiadas de sus hijos. Las consecuencias para los hijos, creación de  una imagen distorsionada sobre cómo funciona el mundo que les rodea,  el alejamiento de los valores necesarios para convivir en una sociedad justa, además de provocar situaciones de inestabilidad emocional cuando no consiguen lo deseado

  • Sobreprotector: son padres excesivamente vigilantes, inseguros y temerosos; evitan cualquier obstáculo que pueda hacer cometer un error  a sus hijos e hijas; hacen las cosas por ellos y toman todas las decisiones en su lugar. Las consecuencias son evidentes: falta de seguridad en sí  mismos, no conocen sus fortalezas y límites y dependencia excesiva de esas personas vinculares.

  • Democrático: padres que escuchan, dialogan y orientan.  Los cuidadores que aplican este estilo estimulan la autonomía de los niños y las niñas y les ayudan a reflexionar sobre las consecuencias de su comportamiento, aplican normas y límites coherentes sistemáticos y sensibles a los sentimientos de sus hijos e hijas. Este estilo de crianza educa personas estables emocionalmente y con capacidad de autorregulación; participativas, seguras y confiadas pero también críticas y preparadas para participar en una sociedad democrática.

Este nuevo modelo de apoyo a las familias (parentalidad positiva)  potencia las labores de prevención, promoción, detección y valoración de un amplio rango de situaciones familiares; potencia las fortalezas de la familia;  promueve capacidades parentales y de los menores y se promueven relaciones de colaboración entre los profesionales y las familias.

El estilo de crianza, desde la perspectiva de la parentalidad positiva, plantea los siguientes consejos prácticos para los padres:

1. “Hazle caso siempre: atiende y entiende sus demandas”.

2. Ármate de paciencia”. Ante una rabieta o una situación de miedo, inseguridad, frustración, etc.  es importante ayudarle a verbalizar sus sentimientos para que pueda sentirse confortado.

3. “Pon normas claras, realistas y consistentes:¡pero no cuando no estés enfadado ni muy cansado!”. Desde pequeños tienen  que tener claro que hay límites, deberes y responsabilidades. Pero las normas deben ser entendidas como necesarias y favorecedoras de una adecuada convivencia.

4. “Déjale participar en las decisiones: escucha su opinión.. Los  hijos  necesitan saber qué se espera de él o ella y cuál es su papel en la familia.

 5. “Demuestra abiertamente que le quieres con abrazos y atención”. Es importante mostrarles cariño  a través palabras y gestos y conocer su mundo interior (deseos, preocupaciones, miedos,…)

 6. Asume los cambios que se producen en la adolescencia y adáptate a ellos”. Cuando llega la adolescencia, es importante asumir sus intereses y necesidades pero también acompañarles con afecto, diálogo y normas.

 7.Practica la escucha activa con tu hijo o hija”. Hay que tener capacidad para saber ponerse en su lugar pero también que él se ponga en el papel de sus padres.

 8. No recurras nunca a la violencia o la agresividad, no sirve para nada”. Debemos evitar actitudes agresivas como gritos, insultos, reproches y amenazas.

 9. “Respira hondo y piénsatelo dos veces”. La imposición de correcciones ante una conducta inadecuada debe ser proporcionada a la misma, inmediata pero no demasiado extensa en el tiempo, además de fácil de mantener. Sólo de esta forma será eficaz.

 10. ¡Cuídate y quiérete tú también!. Los padres necesitan  espacios para disfrutar y relajar se con algo que les guste. Ejercer una parentalidad positiva requiere mucho esfuerzo y generosidad. Tu hijo o hija necesita que seas feliz y estés en forma.

 Si los padres atienden estos consejos, estarán afianzando el camino hacia  el logro de las  competencias intrapersonales e interpersonales que favorecen el desarrollo de una buena capacidad de inteligencia emocional:

  •  La Autoconciencia emocional. También en la familia se debe trabajar para que los hijos sean conscientes de sus propios cambios emocionales y su repercusión en tres dimensiones: neurofisiológica, cognitiva y comportamental; aprovechar la comunicación no verbal para identificar emociones propias y ajenas; reconocer mecanismos de defensa que impiden afrontar la realidad y aprender a salir reforzado de situaciones de crisis.

  • La autorregulación emocional que permite adquirir el control respecto a los pensamientos automáticos y sus consecuencias emocionales favoreciendo un ambiente familiar más positivo.

  •  Autonomía Emocional y  Bienestar Personal. Para que una persona pueda tomar las riendas de su propia vida es importante responsabilizarse de las decisiones tomadas, siendo   autónoma y consecuente. Los padres deben fomentar dicha responsabilidad. Si consideramos esta responsabilidad emocional como una escalera: el primer peldaño, serían los hábitos y la prevención; el segundo, la empatía y la comunicación; el tercero, los refuerzos donde uno se responsabiliza a cambio de beneficios  y el cuarto, las correcciones basadas en consecuencias desagradables si no se adquieren esas responsabilidades.

  •  Convivencia y Cuidado Emocional y Bienestar Común. Si se ha logrado todo lo anterior, los padres ofrecerán a sus hijos e hijas, el conjunto de recursos y habilidades que facilitan la armonía del espacio donde convergen las emociones de los distintos miembros de la familia.

 Pueden  ser documentos muy interesantes para dar a conocer a las familias:

.- ” Consejos prácticos sobre parentalidad positiva“. Save the Chldren.

 .- “Queriendo se entiende la familia. Guía de intervención sobre parentalidad positiva para profesionales“.  Save the Chldren.

.-“Quien te quiere a ti. Guía para padres y madres: Cómo educar en positivo“. Save the Chldren.

.- “Inteligencia Emocional en la familia. Herramientas para resolver conflictos en el ámbito familiar”. Aitziber Barrutia Leonardo. I.S.B.N. 978-84-96947–62-7.