2 agosto, 2015

El último post llega en plenas vacaciones de verano y en esta época de desconexión también aprovecho, como decía nuestro compañero Ángel Santos para descansar y leer. Y ha sido en la lectura diaria del periódico dónde me he dado cuenta como entre las noticias sobre política, guerras devastadoras y fichajes futbolísticos, cada vez aparecen más iniciativas que tienen como protagonista a GENTE SOLIDARIA . No sé si es por deformación profesional, o porque mi cabeza hace un clic cuando lee la palabra voluntario, pero tengo la sensación que nuestros jóvenes empiezan a entender que hacerse voluntario aporta beneficios en dos direcciones, a los que ayudamos y a nosotros mismos. Alguien podrá decirme que peco de ingenua, porque es sabido que en las universidades hacer trabajos de cooperación se compensa como créditos de libre elección, pero yo quiero pensar y creer que es una herramienta de transformación clave en la educación y que estamos en el buen camino.

Una de las iniciativas que salen adelante este verano gracias a la ayuda de voluntarios es el Casal dels Infants del barrio del Raval de Barcelona. Son muchos los niños que pueden disfrutar de este servicio gracias a la colaboración de jóvenes monitores que, de manera voluntaria, acompañan a los chavales de excursión, a la playa o hacen refuerzo escolar. Las familias con las que trabaja el Casals dels Infants del Raval son familias que se encuentran en situaciones muy vulnerables económicamente y se les ofrece este actividad como la única alternativa que tienen estos niños de disfrutar de un entorno de vacaciones. Leo con entusiasmo esta noticia a pesar de que ahora que se acerca agosto comentan sus responsables que es más difícil encontrar voluntarios ya que la mayoría de gente empieza sus vacaciones.

Pasando páginas en los periódicos aparece también la noticia del éxito que tiene en la Universidad de Girona ( UDG) el Programa de Cooperación y Desarrollo. La noticia hace balance de las actividades de cooperación de este curso en las que han participado un total de 1345 estudiantes. Este programa ofrece colaboraciones en actividades solidarias en la misma ciudad o proyectos de cooperación internacional. Uno de les proyectos que lleva a cabo y que encuentro muy interesante es el de Pisos Solidarios para la Convivenciaque se lleva a cabo en el municipio de Salt, cercano a Girona. Salt cuenta con un alto índice de población inmigrada y con este tipo de iniciativas se busca avanzar en la cohesión social del municipio al mismo tiempo que da respuesta a la necesidad de un vivienda asequible a los estudiantes jóvenes. La UDG pone a disposición de los estudiantes dos pisos compartidos, durante un año académico con un coste de 125 euros al mes, con el compromiso de dedicar a cambio 150 horas repartidas en todo el curso a participar en diversas actividades de inclusión social a la comunidad.

Y ya en la contraportada leo la entrevista a Pau Berbel, un joven que durante sus estudios de derecho, empezó ha trabajar como voluntario en centros penitenciarios. Pau hacía refuerzo de derecho a internos que estaban estudiando la carrera y, desde este momento, sus veranos están relacionados con el voluntariado. Interesantes son su reflexiones acerca de no confundir el voluntariado con las profesiones. Según Pau un voluntario no puede hacer la función de un profesional del sector del mundo social porque no puede tener el mismo impacto. Esperemos que esto no ocurra y que podamos seguir hablando de jóvenes y iniciativas solidarias que ayudan a construir una sociedad más cooperativa y más justa.

Feliz verano solidario a todos.