Todos en algún momento necesitamos que alguien nos ponga en nuestro sitio. Otras veces somos  nosotros y nosotras los que creemos que debemos poner orden en una situación interpersonal.  Sin embargo, es probablemente una de las tareas más difíciles de hacer en el contexto de las  habilidades sociales. 

  • ¿Por qué crees que es tan difícil poner orden en un conflicto? 
  • ¿Hay alguna característica personal que se te hace especialmente útil cuando tienes que  resolver un conflicto? 
  • ¿Admiras a alguien que sea genial abordando y resolviendo conflictos? ¿Qué  características tiene y cuáles de ellas podrías aprender o desarrollar como propias?
  • ¿Existe alguna situación u ofensa en la que pueda estar justificado no tener ninguna clase  de cuidado hacia los sentimientos o razones de la otra persona? 

Detrás de cada cosa que nos sucede o ante una reacción propia o ajena, siempre hay una historia  a tener en cuenta. También hay intenciones, motivaciones, faltas de acierto… y todo ello es difícil  de manejar, sobre todo cuando el enfado entra en escena. ¿Tú qué piensas? 

¿Qué podemos trabajar sobre este tema?

Si te fijas en los primeros segundos de la secuencia, mientras Cora está aún sola en el taller,  seguramente puedes detectar algunos detalles que te hablan de si le da mucha o poca  importancia a la tarea que está realizando y también al mundo al que pertenece: la moda y el diseño. 

  • En una escala de 0-10, ¿cuánto valor o importancia crees tú que le asigna Cora a estos  dos asuntos? 
  • ¿En qué detalles te basas para dar esa puntuación? 
  • ¿Tienes la sensación, al verla, que está descontextualizada respecto al ambiente en el  que está? 
  • ¿Qué le haría falta para que se la viera más cómoda en ese contexto? Identifica aspectos  a nivel externo e interno. 

Una de las primeras cosas que “chocan” es la sorpresa que le producen las reacciones  espontáneas de las chicas que vienen a colaborar con el festival. Llegan corriendo, dando grititos,  con saludos muy directos y espontáneos… nada parecido a la actitud tan contenida y casi estirada  que muestra ella.  

  • ¿Era fácil, según tu opinión, que surgiera alguna fricción o conflicto entre ellas? ¿Suele ocurrir así en la vida real, que con personas con las que se es muy diferente es  más habitual el conflicto? ¿Cuál es tu experiencia sobre esto? 
  • ¿Qué te ha parecido el gesto espontáneo de la chica al cortar el vestido? 

El exceso de espontaneidad, cuando no es contenido, es fácilmente transformado en un gesto de  falta de empatía. Con todo y que, efectivamente, Cora está demasiado tensa por la importancia  que le da a todo lo que gira alrededor de su sueño sobre el mundo de la moda, quizá la reacción  de la chica no ha sido todo lo sensible que podría haber sido.

  • ¿Cómo hubieras transformado tú esa escena para haber evitado el conflicto desde el  principio? 
  • ¿Piensas que la culpa de lo sucedido en la escena es responsabilidad de solo una de ellas,  o de las dos? 
  • ¿Qué deberían haber hecho cada una de ellas para mejorar su intervención en esa  situación? 

Cora ha tenido una intervención claramente irónica. Es fácil encontrar a personas que usan (y  mucho) el recurso de la ironía, el doble sentido o el sarcasmo para hacer reaccionar a otra persona o para expresar su malestar. 

  • ¿Cuáles son las ventajas que tiene este recurso en la comunicación y, más concretamente,  en la resolución de un conflicto? 
  • ¿Qué desventajas le ves? 
  • ¿Sueles usar la ironía o las indirectas con frecuencia? 
  • ¿Cómo te sientes cuando otra persona usa estos recursos de “doble mensaje” contigo? ¿Te ayuda a resolver conflictos, tanto si eres el emisor, como si eres el receptor?
  • ¿Piensas que, al final de la escena, la chica que cortó el vestido ha entendido realmente su responsabilidad en el asunto? ¿Ha servido de algo la reacción desproporcionada de  Cora? 

Aunque es tentador el uso de esos dobles mensajes para expresar nuestra frustración, nuestro  enfado o dar un cierto “golpe de efecto”, suele ser una mala idea por una cuestión muy práctica:  es, en realidad, un recurso de agresividad verbal, más aún cuando se produce en público. En este  caso, confluyen los dos elementos, lo que agrava todavía más la situación. 

Añadido a esto, la reacción de Cora, que ahora mismo solo puede ver el vestido roto, se centra  exclusivamente en el hecho en sí, sin tener en cuenta: 

  1. la intención real (que pudo ser falta de empatía, pero no fue malintencionada),  2. el contexto en el que se producía (un lugar donde la están acogiendo y ayudando), 3. la desproporción de su propia reacción (que se explica, pero no puede justificarse desde  el punto de vista del cuidado de las relaciones, que quedan supeditadas al diseño). 

Cuanto más importante es un asunto en nuestra vida, más fácil es que podamos mostrar  desproporción al defenderlo. Eso es exactamente lo que sucede aquí, pero no es además un  tema superficial. Para Cora, ese sueño coloca una barrera entre dos mundos, lo que le hace  distinguir despectivamente entre el “vuestra gente” y “mi gente”. En dos momentos de la  secuencia se hace patente esa diferenciación. 

  • ¿Puedes identificar cuáles son esos dos momentos? 
  • ¿Dirías que coinciden con los instantes más tensos de la secuencia? 
  • ¿Cómo te han hecho sentir cuando los has presenciado? 
  • ¿En esos momentos te sentías más en línea con Cora, o con los chicos y chicas del  pueblo? 

Sin que haya sido algo premeditado, Cora ha vuelto a cometer el mismo error de caer en la  agresividad: no solo fue irónica en público, sino que personalizó el asunto y colocó su sueño,  además, por encima de las personas. 

  • ¿Tienes la sensación de que estos errores son fáciles de cometer? 
  • ¿Presencias con frecuencia situaciones en que los conflictos se acentúan en vez de resolverse, por este tipo de cosas? 
  • ¿Consideras que Cora lo podría haber hecho de otra manera, o estaba vendida a la  situación por lo que había pasado con el vestido? 

La reacción final del chico al salir ella del taller puede ser valorada, para quienes la presencian  desde fuera, como justa o injusta. Proponemos terminar la sesión creando dos equipos que se  posicionen, uno a favor de la reacción que ha tenido el chico y otro defendiendo “a tope” la  reacción de Cora. Lo interesante de esta parte de la actividad es que la distribución en equipos  no se haga por afinidad con el personaje, sino de forma arbitraria, al azar, para que haya que  hacer un ejercicio de empatía con el personaje que les haya tocado y, quizá, tengan que defender  una opinión o postura que no sea la propia. 

Cerrar ese debate con algunas conclusiones por parte de quien coordina, que pueden ser  similares a las que proponemos a continuación:

  1. El chico ha intentado ser conciliador, pacificador, y ha sugerido a Cora que, antes de  reaccionar como lo ha hecho, considerara si no había una razón o explicación de fondo  para lo que sucedió dentro.
  2. El error principal de Cora ha estado, principalmente, en que le ha traicionado su opinión  cuando ha expresado “la gente como vosotros no tiene ningún sentido del diseño”.  a. En ese momento, siendo esa expresión una personalización y una forma de ataque,  el chico ha reaccionado defensivamente. 
  3. Por otro lado, ha colocado el diseño, que es muy importante para ella, por encima  de todo lo demás. Las cosas, por muy relevantes que sean, o muy cercanas a  nuestros sueños, siempre deberían estar por debajo de las personas.
  4. La reacción del chico, aunque firme y directa, no es agresiva. Le lanza preguntas para la  reflexión, usando una derivada del propio lenguaje que ha usado ella: “¿Qué ha hecho por  ti la gente como tú?”.
  5. Su conclusión es clara y directa: “Tienes razón. Mi gente no se parece en nada a tu gente,  ni falta que hace”. Comentar sobre la reacción que creemos que tiene Cora ante esto y  valorar si el grupo piensa que la intervención del chico ha sido correcta o no, ya fuera del  debate entre dos grupos.