Lo que a cada persona le compense es algo, aparentemente, muy subjetivo. Depende de los  intereses e inclinaciones de cada cual, de manera que se ponen sobre una balanza varios aspectos  y, aquel que supone una aparente ventaja sobre el resto, suele ganar por goleada. Eso sí, por  subjetivo, lo que puede “compensar” a una persona puede no compensar a otra o, quizá, a ninguna. 

  • ¿Puedes pensar en sacrificios que estás dispuesto o dispuesta a hacer porque ves que te  compensa respecto a otras cosas? 
  • ¿Identificas alguna situación o sacrificio que no te compensaría de ninguna manera?
  • ¿Cuáles son, para ti, las 3 cosas más importantes en la vida? 
  • ¿Cuál es el mayor sacrificio que has hecho por alguna de ellas hasta aquí?
  • ¿Alguna vez has asumido algún riesgo que, compensándote a ti subjetivamente, a la gente  alrededor de ti pudiera parecerle una locura? 

En ocasiones, aquellas cosas que nos compensan pueden estar sacrificando otras a la vez muy  importantes también para nuestra vida. Examinar lo que beneficia o no, quizás es una decisión  compleja, porque no solo implica conceptos, sino también tiempos, momentos, personas,  consecuencias… pero parece bastante necesaria. ¿Tú qué piensas? 

¿Qué podemos trabajar sobre este tema?

Para que una persona pueda decir que algo le compensa, ha debido de hacer alguna clase de  toma de decisiones. Para que ésta, a su vez, pueda ser adecuada, ha de producirse desde el examen cuidadoso de las opciones, ventajas, desventajas, y posibles consecuencias a corto,  medio y largo plazo. No es sencillo para mucha gente, sin embargo, tomarse el tiempo adecuado  para hacerlo correctamente y, en esos casos, las decisiones se toman precipitadamente. A veces,  ni se consideran estos puntos. Es lo que podría llamarse una decisión necia (lo contrario de sabia).  En esos casos sería algo así como decir “Tengo los recursos en mi mano para hacerlo de otra  manera que me beneficie más y mejor, pero prefiero no hacerlo”: 

Erika parece una experta en intentar conseguir sus objetivos. Qué duda cabe que se está  empeñando en alcanzar lo que se propone: comprarse una moto. De hecho, tiene todo un plan:  ha robado medicamentos de la farmacia de su padre y ahora se dedica a venderlos como drogas  en las fiestas con sus amigos y amigas. Ese es su plan.  

El negocio le va bien económicamente. Es todo lo que ella parece necesitar. Desde su punto de  vista, “le compensa” y no tiene intención de parar hasta que pueda comprarse la moto, aun a  pesar de lo que hemos podido ver en la secuencia. 

  • ¿Cuáles son, según esta escena, las cosas importantes para Erika? 
  • ¿Identificas aspectos importantes para ti que, sin embargo, echas en falta que ella valore?  ¿Cuáles son? 
  • ¿Por qué piensas que ella no les da tanto valor a esas otras cosas? 
  • ¿Piensas que ha tomado en algún momento una decisión sopesada para estar donde está  y hacer lo que hace? ¿Por qué lo ves de esa forma? 
  • ¿Piensas que ella no sabe las consecuencias que puede tener consumir como lo hace, o  vender como vende? 
  • ¿Podría ser que su obsesión por comprarse una moto le lleve a perder de vista todo lo demás? 
  • ¿Qué precio está dispuesta a pagar Erika por conseguir lo que quiere? 

Esa precipitación de la que hablábamos, a menudo, suele ser más visible para los demás que en  primera persona. Esas personas alrededor, de hecho, también pagarán una parte de la factura  en caso de que algo salga mal. Las decisiones necias no solo salpican a quien las toma, sino a  muchas otras personas a su alrededor. En la ceguera que produce desear mucho algo, creemos  que realmente algo compensa a cualquier precio y ponemos en riesgo aspectos que son mucho  más importantes que lo que, en el mejor de los casos, podríamos conseguir. Eso está haciendo  Erika, pero prefiere no mirar a la realidad que le resulta más molesta, la que le dice que debería  “frenar para no estrellarse”, como le dice su amiga. 

Para mantenerse en esa postura, probablemente ha llegado a diferentes argumentos en su  cabeza que le llevan a autoengañarse y seguir perjudicándose y haciendo lo mismo con los  demás. Por ejemplo, algunos que se nos ocurren podrían ser: 

  1. “No perjudico a nadie. La gente compra y consume porque quiere”. 
  2. “Yo controlo, no pasa nada”. 
  3. “Puedo dejarlo cuando quiera”. 
  4. “Conseguir la moto compensa todo lo demás”. 
  • ¿Tienes la sensación de que estas frases reflejan más bien deseos o sentimientos, ideas  subjetivas de Erika, pero no realmente hechos constatables? Argumenta tu respuesta. 

Convirtamos al aula, por unos momentos, en la voz de la conciencia de Erika, intentando contra argumentar todas las ideas que se hayan propuesto como autoengaños y que alejan a Erika de lo que siempre debieron ser los objetivos que le compensen: los que le hagan bien en un sentido  amplio y no solamente los que le proporcionen lo que quiere a corto plazo y por cualquier vía.  Para ello, quien coordina la actividad puede ir lanzando al grupo diferentes pensamientos que  podrían ser autoengaños. De forma espontánea han de ir replicándose con participaciones de  cualquiera que levante la mano y dé una opción de respuesta. 

Erika no es la única que tiene ese enfoque distorsionado de lo que le compensa o no:

1. Ella misma le hace la recriminación al profesor que ha vuelto a beber –lo cual es cierto,  pero no cambia en nada su propia situación.

2. O a su amiga, que no se droga, pero está con chicos por otra serie de razones.

3. Los chavales a los que vende pastillas buscan colocarse, la experiencia, la mezcla…

  • ¿Piensas que estas distorsiones son la excepción o dirías que hay mucha gente de tu edad  que piensa y actúa igual que ella? 
  • ¿Son las decisiones necias la excepción o la norma en los grupos de los que participas? 

La cuestión es que todos esos chicos y chicas, incluso el profesor, parecen ser conscientes de  cuáles son los “temas peliagudos”, cuáles son las pajitas en el ojo ajeno –aunque quizá tampoco  son tan pequeñas–, pasando desapercibida la viga en el propio. 

  • ¿Muestra Erika esas realidades en los demás como forma de preocupación hacia otras  personas o más bien visibiliza lo que otros hacen –como el profesor– para excusarse a sí  misma?  
  • ¿Piensas que se preocupa de los demás lo suficiente? ¿Y de ella misma?
  •  ¿Crees que de verdad compensa que todas estas personas se expongan a lo que se exponen por el consumo de sustancias, o en el caso de ella, por eso y por la moto?
  • ¿Es evadirse de alguna realidad uno de esos objetivos que utilizan estas personas para  hacer lo que hacen? 

Es evidente que, por lo que muestra Erika, seguirá en el mismo plan mientras le compense. Ahora  mismo, no ve nada más que el dinero de su moto, y después de haber acabado dormida en la  basura, haber tenido que ser atendida por convulsiones y llevada a una farmacia a por ayuda,  sigue empeñada en volver a por lo único que le preocupa: “la riñonera en la que llevaba todo” (de  forma, por cierto, casi literal, porque es por esa riñonera que está sacrificándolo todo, incluyendo  cosas y personas muy importantes). 

El profesor tiene una conversación muy reveladora con ella, aunque quizá no desde una postura  de demasiada fuerza moral, por su propio descontrol y consumo. Aunque ella lo vive como una  forma de control que él quiere ejercer sobre ella, el profesor parece querer “abrirle los ojos”, y  reconoce en sí mismo 3 razones para beber, que espera que le puedan ayudar a ella: 

  • ¿Cuáles son esas razones? 
  • ¿Son buenas?  
  • ¿Justifican o explican sus actos? Puede que hagan lo uno, lo otro, o las dos cosas.  Explícalo. 

Si en una columna tuviéramos lo que le compensa a Erika (tomar drogas, venderlas, conseguir  dinero para su moto), ¿podemos elaborar una segunda columna en la que indiquemos qué  aspectos han quedado, automáticamente después de esa decisión, relegados a un segundo,  tercer o último plano? (Por ejemplo, la salud, la seguridad propia y ajena). 

Completa en la primera columna también con aquellas cosas que no se han mencionado pero  que ves que, según Erika, son muy importantes para ella (p.e. su reputación: “Van a pensar que voy con mi padre, o con la poli”). 

Aprovechad esas dos columnas para crear frases completas del tipo que veréis a continuación, y  sacad conclusiones después: 

  1. “A Erika le compensa vender drogas con tal de no quedarse sin moto”. 
  2. “A Erika le compensa tomar drogas con tal de no acordarse de lo que le duele”.
  3. “A Erika le compensa no escuchar un buen consejo del profesor con tal de no estropear  su reputación”. 

Terminaremos la actividad dando respuesta a un “cabo suelto” que quedó en la conversación  entre Erika y el profesor al llegar los amigos y las amigas e interrumpirles (bien podríamos llamar,  por cierto, a esa conversación “El diálogo de un necio”: “¿Y si cuando quieras salir, ya no  puedes?”. 

Procurar reorientar la conversación, desde el diálogo de una persona necia, a lo que sería el  diálogo de alguien sabio.