Si preguntamos a la gente joven qué le gusta hacer el fin de semana, es probable que conteste que “salir de fiesta” o “salir por la noche”. Aunque ambos conceptos tienen matices distintos, a menudo están más que relacionados y su cercanía es indiscutible. Nadie se va de marcha a las 4 de la tarde ni a las 12 de la mañana, y tampoco se pone a beber en la terraza de su casa un martes por la tarde solo. Algo tiene la noche y algo trae la fiesta en la noche, que parece cautivar a muchos y a muchas.

¿Qué es para ti la “fiesta”?

¿Cómo de relacionadas están para ti la fiesta y la noche? ¿Por qué?

¿Crees que es posible separar ambos conceptos?

¿Crees que eso puede cambiar? En caso afirmativo, ¿cómo?

Hache y Baby coinciden en una macrofiesta por la noche en una discoteca. Ambos intuyen que se van a encontrar y están favoreciendo ese reencuentro. Está claro que hay atracción, feeling, baile sensual, y la noche parece ponerlo todo mucho más fácil. Pero, ¿cómo lo hace? ¿Qué tiene la noche de mágica y especial que la buscamos para conseguir cambiarlo “todo”? A los protagonistas les envuelve el clima nocturno, con todo lo que trae consigo, de atrayente y de arriesgado a la vez…

¿Qué podemos trabajar con este audiovisual?

A continuación se presenta una actividad para realizar en grupo a partir del vídeo planteado:

La actividad podría llamarse “Operación Arguiñano”, ya que el reto se trata de que el alumnado procure crear un buen plato de diversión para el fin de semana, pero antes, como buenos cocineros, tienen que tener delante de sí las materias primas que van a necesitar y escoger aquellas que verdaderamente puedan convertir su “plato” en el mejor. Para ello hay que:

  1. Identificarlas (Saber cuáles son los ingredientes y cómo “funcionan”). ¿Cuáles creen que son los ingredientes principales para que la diversión esté garantizada? (compañía agradable, dinero, lugares accesibles, creatividad, imaginación, actitud, noche…) ¿Es la noche el único ingrediente posible? ¿Es el mejor? ¿Qué hace que la noche sea el escenario preferido de buena parte de la juventud española (vas sin la familia, en grupo, “eres libre”, “nadie te ve”, es atractivo por ser “terreno de adultos”, es algo no permitido a edades tempranas….)?. En este punto se introduce el vídeo que puede dar ideas sobre los “ingredientes” que se encuentran en la noche y se continúa con el ejercicio. La importancia de la noche:
    • ¿Por qué os gusta la noche en vuestro caso particular?
    • ¿Qué cosas hubieran sido diferentes si ese encuentro no se hubiese producido por la noche? (la noche podría aportar aspectos relacionados con “lo íntimo”, sensual, privado, oscuro…)
    • ¿Cómo se puede conseguir pasar un tiempo divertido?
    • ¿Para cuántas de esas formas es necesaria la noche?
    • ¿Qué ventajas tiene y qué posibles desventajas o riesgos tiene la noche?
    • ¿Por qué se escoge la noche? ¿Tiene algo que ver con que todo es más difuso?(Con la oscuridad, la responsabilidad se diluye, se pasa más desapercibido, está más asociada con el sexo y la transgresión, es un tiempo no compartido con la familia, sólo con amistades…)
  2. Elegir los mejores ingredientes. Se hace referencia a la toma de decisiones. Tienen varias alternativas (ingredientes) y tendrán que valorar los pros y los contras de cada una de ellas para decidir cuáles utilizar
  3. Diseñar su plato de diversión. A continuación, el alumnado preparará su “propio plato de diversión”, partiendo del siguiente ejercicio:
    • Diseño de “un plato” para la noche y otro para el día… ¿Serán capaces de preparar un plato de diversión con los ingredientes mencionados anteriormente sin que la noche sea el principal? (el objetivo también será que indiquen cómo se pueden evitar las desventajas vinculadas a algunos ingredientes ya identificadas anteriormente)

La actividad finaliza resaltando algunas conclusiones que girarán en torno a la importancia de ser personas críticas, identificando las posibles caras de la misma moneda y siendo conscientes del propio comportamiento y maneras de divertirse. Como tantas cosas, la noche no es ni buena ni mala, ni beneficiosa ni perjudicial, la clave está en saber manejarla y disfrutarla de la mejor manera posible.