Con esta canción de Fito y Los Fitipaldis, publicada en 2003 se presenta la otra cara de la moneda: el desamor. Los efectos del desamor, de la angustia, la soledad y el ahogo de la ruptura, del abandono y la pérdida son comparables a los del deseo y el enamoramiento. Sin embargo, al aparecer de forma negativa, destructiva, se dejan notar con mayor peso e impacto. Descontrolador de las emociones y desestabilizador de los pensamientos, el desamor de todo tipo y condición, los abandonos y las rupturas en los amores podrían considerarse una de las principales causas de infelicidad.

La soledad, uno de los fantasmas más angustioso para el ser humano, es el reverso del abandono. De la misma manera que cuando estamos enamorados no vemos más que a la persona de la que nos enamoramos, cuando somos abandonados, ninguna persona existe lo suficiente para poder apartar esa pérdida.

Es horroroso sentirse abandonado y, a la vez, tan natural y habitual que resulta casi sorprendente. Siempre que hay alguien enamorado, hay alguien en desamor; a menudo muchas personas más están desenamoradas o desenamorándose que lo contrario. Además, para colmo de males, el enamoramiento dura mucho menos.