La cuestión de la edad no es fácil para casi nadie. Los que son ya mayores muchas veces querrían ser más jóvenes y evitar las responsabilidades, las preocupaciones, y volver a disfrutar de todo lo que implican los primeros años de vida. Los que son niños y adolescentes, por otro lado, casi siempre sueñan con ser adultos por todas las ventajas que, intuyen, vienen asociadas a esa etapa de la vida. La cuestión es que, con cada vez más frecuencia, la cosa no se queda simplemente en un “soñar despierto”, sino que muchos, tanto jóvenes como adultos, deciden adoptar conductas que no pertenecen tanto a su edad como a otra distinta.

¿Qué te parece esto? ¿Tienes una opinión al respecto?

¿Qué piensas de una persona mayor cuando ves que se comporta como un adolescente, vistiendo como él o ella, hablando de forma “rara”?

¿Piensas que los que están alrededor de esa persona lo notan? ¿Qué crees que piensan?

¿Y la persona en cuestión? ¿Piensas que se da cuenta de lo que está sucediendo?

Piensa ahora en lo que sucede cuando un niño o un adolescente hace lo contrario, es decir, procura comportarse según una edad que no le corresponde ¿Qué crees que sucederá?

Mani sólo tiene once años, pero se siente mayor, se ha enamorado locamente de una chica de dieciséis, está dispuesto a conquistarla y se ha decidido a declararle su amor. Su madre y su padrastro, al conocer sus intenciones, manifiestan opiniones muy diversas que seguro que no te han dejado indiferente. Y tú… ¿qué piensas?

¿Qué podemos trabajar con este audiovisual?

A continuación se presenta una actividad para realizar en grupo a partir del vídeo planteado.

Proponemos en este caso dividir al grupo en tres más pequeños:

  • En el primero deberán hacer una lista con aquellas cosas que consideren que forman parte del comportamiento de un niño. A ser posible, deben aparecer conductas consideradas “apropiadas” y, si quieren, algún ejemplo de lo que serían conductas “inapropiadas”. Por ejemplo: los niños deben jugar, pero no deberían tener que preocuparse por los temas económicos de la familia. Igualmente, si viéramos a un niño fumando o ligando, nos parecería inapropiado. (¿Cómo valorarían los adolescentes que un niño hiciera esto?)
  • En el segundo han de hacer lo mismo, pero en este caso acerca de la edad adolescente. ¿Qué se espera de un adolescente y qué consideraríamos lo adecuado y normal? (Ojo, porque cuando nos referimos a “normal”, no nos referimos a lo que todo el mundo hace, que puede no ser para nada normal, sino a lo conveniente o beneficioso para él). Puede ser un momento en el que surjan en el debate algunas conductas que los adolescentes realizan aunque no son las más apropiadas para su edad. (¿Cómo valora un adulto –no necesariamente sus padres- cuando un adolescente hace esto?)
  • En el tercer grupo, deben hacerlo igual para los adultos, indicando lo que ellos suponen que se espera de alguien que haya pasado la adolescencia y esté claramente en la vida adulta. (¿Cómo ven los jóvenes especialmente cuando un adulto pretende “hacerse pasar” por un adolescente adoptando comportamientos que no le corresponden?)

Cuando los tres grupos pequeños hayan tenido tiempo para poder elaborar sus documentos, se hace una puesta en común en la que pueden comentarse lo que serían las conductas adecuadas para cada edad, según ellos, y cómo valorarían los comportamientos “desajustados”, es decir, los que personas de una determinada edad realizan sin que concuerde con lo que se espera de ellos.

De ahí puede intentar ir extrayéndose la conclusión de que, aunque en todas las edades pueden aparecer conductas comunes (p.e., a pesar de lo que expresa Mani en la secuencia que verán a continuación, al fútbol pueden jugar tanto los niños, como los adolescentes, como los adultos sin mayor problema), hay algunas de ellas que pertenecen de forma mucho más clara a uno de los grupos de edad y no a los demás. Demasiado a menudo los niños y especialmente los adolescentes quieren hacerse mayores demasiado rápido, imitando conductas que no les corresponden. En el último tiempo sucede también a la inversa, es decir, adultos que pretenden “disfrazarse” de lo que no son e imitan a los adolescentes. En ambos casos genera en los demás reacciones de sorpresa, si no de risa, incluso, como ocurre en el caso que nos ocupa en la actividad.

En este momento se puede introducir la secuencia de vídeo y se les pedirá que ellos valoren cómo actúa el protagonista de la historia, Mani, que con once años se siente todo un hombre y pretende conquistar a una chica mucho mayor que él, a pesar de las advertencias de su padrastro. Al terminar de visionar el fragmento, se plantea lanzar las siguientes preguntas:

  • Si tuvierais que describir la conducta de Mani con una sola palabra, ¿cuál escogeríais? (Muy probablemente muchos de ellos dirán que es “Ridícula”) ¿por qué?
  • ¿Qué opináis de la manera en que lo veía la madre de Mani? (Quiere apoyarle tanto que no se da cuenta de que, permitiéndole hacer lo que hace, le pone en evidencia)
  • ¿Qué opináis de la postura de su padrastro?
  • ¿Qué le hubierais recomendado vosotros?

Es importante que, en algún momento de la actividad, se generalice a lo que muy a menudo sucede, no sólo en la infancia para hacerse adolescente, sino en la adolescencia para hacerse adultos, adoptando conductas que son impropias e inadecuadas para la edad (por ejemplo, consumir sustancias, pretender no tener hora de llegada, conducta sexual demasiado precoz…)