31 mayo, 2015

El coaching es una de las habilidades más recomendables para el crecimiento personal. Es una manera distinta de ver a las personas, mucho más optimista de lo que estamos acostumbrados y que da lugar a una manera distinta de relacionarse. Requiere que suspendamos las creencias restrictivas sobre las personas, empezando por nosotros mismos, que abandonemos las viejas costumbres y que nos liberemos de las maneras de pensar inútiles” ( John Whitmore en su libro “El método para mejorar el rendimiento de las personas ”).

El aula exige, y cada vez más, una serie de habilidades por nuestra parte si queremos crear las condiciones necesarias para aprender y crecer. El cooaching educativo constituye una herramienta en la que a partir de un proceso personal se busca el interés de un grupo de personas que perciben el mundo de forma diferente. Es un proceso sistemático de aprendizaje, focalizado en la situación presente y orientado al cambio, en el que se facilitan unos recursos y herramientas de trabajo específicas que permiten la mejora del desempeño en aquellas áreas que las personas demandan, contextualizado en un entorno educativo.

Los docentes debemos detectar las necesidades de cada uno de nuestros alumnos y sobre todo, de aquellos que presentan más necesidades, carencias y riesgos pero también del grupo en su conjunto. Esta herramienta nos ayuda a ello, además de permitir potenciar al alumno para conseguir resultados. Y esto, se plantea a través de tres conceptos claves:

La palabra o el lenguaje que permite al docente coach, a partir de preguntas inteligentes, que el alumno (coachee) sea consciente de sus desequilibrios actuales para que sea capaz de superarlos y por tanto alcanzar los objetivos propuestos. Preguntas como el ¿por qué? que provocan que el alumno busque justificaciones, deben ser sustituida por otras (qué, cómo, etc.)

El aprendizaje porque es el arte de “aprender a aprender” más que de enseñar.

El cambio porque el coaching es la disciplina del cambio, de cómo facilitar cambios en nosotros mismos, en nuestros comportamientos, actitudes, destrezas, habilidades y competencias y cambios en los demás.

Y en todo este proceso, aparece una filosofía subyacente. Las enseñanzas de Sócrates son necesarias para comprender qué es el coaching. En los diálogos, donde Sócrates hace reflexionar a sus alumnos a partir de preguntas inteligentes para que éstos adquieran por sí mismos conocimientos de diversas materias y así puedan llegar a la verdad de las cosas.

El coaching educativo constituye una ayuda desde una doble perspectiva:

  1. Ayudar a los docentes a conocerse mejor para poder así empatizar adecuadamente con sus alumnos. El mapa mental de cada uno de nosotros, con nuestras creencias, prejuicios, etiquetas, miedos, sueños,.. determina cómo miramos al alumno. Nuestra mirada depende de ese mapa mental y desde, este mapa mental miramos al alumno por lo que lógicamente, ello va a influir positiva o negativamente en el estado emocional del alumno. El coaching educativo puede ayudarnos a conocernos mejor a nosotros mismos para posteriormente convertirnos en coach de los alumnos.
  1. Proporciona formación a los docentes para que transmitamos a los alumnos el apoyo y motivación suficientes para crear un clima de aula donde se mejoren las relaciones personales entre alumnos y alumno-profesor y las competencias.

Es importante conocer qué aporta el coaching educativo a los docentes:

Potencial: el docente coach ayudará para que salgan a la luz las mejores potencialidades de cada uno de sus alumnos, porque cada uno de ellos es único e irrepetible. Y una vez detectado ese potencial, hacerlo sostenible en el tiempo.

Conciencia: el docente coach, en lugar de dar órdenes quiere transformar la obligación en responsabilidad personal. Se trata de aumentar la conciencia para aumentar la independencia y la responsabilidad de tus alumnos.

Responsabilidad personal: El docente coach sabe educar la responsabilidad individual como medio para mejorar el autoconcepto y autoestima de nuestros alumnos. Y sin duda, esa responsabilidad personal se transformará en responsabilidad colectiva, condición imprescindible para lograr que todo grupo humano pueda funcionar bien, permitir el enriquecimiento personal y además, alcanzar los objetivos planteados (como individuo y como grupo).

Fedback: a mayor fedback, mayor conciencia y a mayor conciencia, mayor percepción de la realidad y una mejora en el rendimiento personal de los alumnos.

En el libro “Coaching para docentes. EL desarrollo de habilidades en el aula”, Juan Fernández Bou Pérez plantea cuáles deben ser las competencias y cualidades del docente coah distinguiendo:

Competencias aptitudinales: visión, que ayuda a comprender la complejidad de una situación en profundidad para ayudar al alumno a buscar soluciones realistas y ajustadas al momento, y sabiduría.

Competencias de personalidad: humildad, curiosidad, flexibilidad (poder desaprender lo aprendido cuando lo que estamos haciendo no funciona para “grabar” en su su lugar, algo diferente y nuevo), seguridad en sí mismo, paciencia, consistencia, coherencia, convicción y proactividad (las personas proactivas son las que llevan las riendas de su propia vida y tienen su estilo propio mientras que las personas reactivas se ven condicionadas por los sentimientos, las condiciones, el ambiente).

Competencias relacionales: inteligencia emocional como capacidad de conocer nuestros propios sentimientos y los de los demás para poder gestionarlos adecuadamente.

Esta propuesta de competencias me parece muy ajustada a la realidad de nuestras aulas y si fuéramos capaces de profundizar en este perfil desde una perspectiva autocrítica, nos haríamos conscientes de situaciones problemáticas que podríamos haber evitado con el despliegue de alguna de estas competencias.

Y también plantea una serie de herramientas clave como.

Calibración como máxima expresión de la observación. O¨Connor y Lages afirman que “el calibrado supone reconocer con precisión el estado de otra persona, lo que la otra persona siente, mediante la lectura o interpretación de sus signos no verbales. Calibrar es la máxima competencia de ver, percatarse y observar”.

Escucha activa para poder comprender realmente el punto de vista de la otra persona, sus pensamientos, emociones, miedos, inseguridades, frustraciones ya que es el paso previo para poder ayudarle. Hay autores que plantean cuatro niveles de escucha: oir, escuchar a, escuchar para y escucha consciente o activa donde “el docente analiza profundamente las palabras de su alumnos con un mínimo juicio” (Juan Fernández Bou)

Comunicación: el lenguaje utilizado nos va a permitir establecer una auténtica comunicación. Sólo un lenguaje positivo cabe en esta perspectiva analizada.

No sólo es importante incluir el coaching educativo en nuestras aulas (y para ello necesitaríamos formación) sino que también sería muy interesante que procesos y habilidades como éstas, se enseñaran a en las facultades de Educación ya que de esta forma, estaríamos dotando, a los futuros educadores de unas herramientas claves que, sin lugar a dudas, mejorarán su práctica docente. Los efectos se produce en una doble dirección: elevar el autoconcepto personal y profesional y por tanto, el rendimiento de los alumnos a partir de un clima positivos de aula.

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  • M Carmen Sánchez Rodríguez y Javier Oviedo García dice:

    HOla!
    Este es mi sexto año con un taller en los recreos en contra del acoso y /o aislamiento social en las escuelas e institutos. Mi proyecto se llama Junta-Asamblea de los recreos. Os animo a que trabajéis este tema en los Centros. Es muy gratificante y los resultados son estupendos. No olvidéis que en este tema, como en tantos otros EN LA PREVENCIÓN… está la mejor solución al acoso y maltrato de los alumnos más débiles…los llamados acnees y acneaes… que no tienen recursos personales para resolverlo. La palabra mágica es la PREVENCIÓN.