Parece evidente que la incorporación de la perspectiva de género permite hacer un mejor diagnóstico de la realidad y diseñar intervenciones preventiva (y de cualquier otro tipo), de mayor calidad y ajuste, pues recogen cómo afecta el ser mujer y el ser hombre en los diversos ámbitos que conforman los consumos de drogas.
Se trata de una acción formativa que pretende contribuir a cubrir la necesidad profesional, de distintos mediadores y agentes preventivos de capacitarse para la inclusión de la perspectiva de género en los programas de prevención.