
El mes de agosto se presta tranquilo para poder disfrutar de una buena lectura en un lugar agradable. La literatura juvenil en ocasiones trasciende su círculo de influencia y llega a ser considerada una fabulosa herramienta para encender deliberaciones en familia.
Os proponemos desde Educación Conectada cinco novelas que enfocan desde muy diferentes ángulos las relaciones materno/paterno-filiales.
En nuestro interés por la reflexión sobre cómo aceptan padres y madres las diferencias de opinión de sus hijos e hijas con respecto a las suyas, hemos seleccionado estas cinco que ya son consideradas cumbres de la literatura. Tratan de situaciones que pueden llegar a resultar aún más complejas cuando esas diferencias surgen en aspectos que pueden considerarse capitales para las personas. Asuntos que tratan de ideologías, religiones, identidades, orientaciones personales.
Para afrontar asuntos como los enfrentamientos intrafamiliares, el pensamiento crítico, el sentido de la vida, la educación rígida frente a la de acompañamiento. De todo esto podrás hablar si paras a leer para charlar estas historias que se dirigen a personas en cambio, en evolución, que están conformando sus formas de ser.
Es completamente asombroso cómo se puede empatizar tanto con personajes que viven en un lugar tan diferente, con una vida tan distinta, pero a la vez tan igual.
El olor de las casas de los demás es una novela de la alaskeña Bonnie-Sue Hitchcock, una periodista que se lanzó a escribir ficción a una edad madura y que acertó al iniciar su carrera literaria con esta preciosa y misteriosa novela.
Cuenta las vidas de Ruth, Dora, Alyce y Hank, cuatro adolescentes que viven en la última frontera norte de América, donde resulta extraña hasta la simple presencia de seres humanos. Las vidas adolescentes de sus protagonistas se entrelazan entre sí y se ven influidas por los comportamientos con respecto a ellos y ellas de sus familias. Varios modelos de conducta que sirven para reflexionar sobre cómo percibe cada cual la presencia de sus padres y madres en sus vidas.
El olor de las casas de los demás es un magistral relato lleno de humanidad.
No es lo habitual, el camino suele ser inverso, sin embargo, Nancy Kleinbaum se ocupó de convertir en novela el guion de la impactante película que protagonizó Robin Williams a finales de los años 80.
En aquellos años esa película marcó a mucha gente y sirvió para abrir algunas deliberaciones sobre la educación.
Aunque la figura central sea la del profesor Keating, resulta especialmente interesante la incorporación de las relaciones de los alumnos con sus familias. Familias ausentes pero muy presentes en alguna ocasión. Kleinbaum, una autora que se ha dirigido al público infantil generalmente (con historias como las del Doctor Dolitlle), acierta a manejar las situaciones y el tono para acercarlo muy acertadamente al imaginario adolescente. Interpela a las chicas y chicos que lo lean. Les induce a tomar decisiones, a ponerse de un lado o del otro, a valorar a sus familiares.
El género literario facilita la reflexión y ofrece la oportunidad de apreciar algunos matices que por los códigos del cine pueden pasar más desapercibidos.
A los padres y madres les invita a reflexionar sobre qué es lo más importante en la formación de los hijos e hijas, sobre los valores que hay que transmitir, sobre el respeto a la identidad de las personas que están bajo su custodia.
¿Asuntos que trata? La independencia, los espacios seguros, el cuestionamiento de la autoridad, la intransigencia y la falta de comunicación entre padres, madres, hijos e hijas, la amistad, la educación.
Ésta novela se convirtió en película en 2012, doce años después de entrar en el mercado editorial en forma de novela y de marcar tendencia en la literatura juvenil.
Un libro duro y bello a la vez, que te sumerge en la complejidad de las relaciones interfamiliares que se complican en muchas ocasiones ante la falta de comprensión de padres y madres frente a la búsqueda de una identidad independiente y autónoma de sus hijas e hijos.
En ocasiones resulta muy cruda, desesperanzadora y triste, aunque mantiene un sentido del humor constante y un tono general positivo, a pesar de las muchas situaciones duras que presenta.
Cualquier relación interpersonal que plantea daría para iniciar un foro de discusión, esa es la riqueza mayor de esta obra, que está presentada con la sencillez del género de la literatura del yo, entre la epístola y el diario personal. Es un punto de partida fabuloso para charlar de muchas, muchas, cosas.
¿Asuntos que trata? La capacidad del profesorado para ayudar en la adolescencia, la tristeza, la sexualidad y la aceptación familiar de las diferentes orientaciones de hijas e hijos, el poder de la sonrisa, la amistad y el amor, el poder curativo de la literatura.
Para un listado de recomendaciones sobre este asunto de las relaciones intrafamiliares, nos encanta recomendar esta colección de libros de cómics, que, aunque están claramente orientados al público infantil y juvenil, tienen tal nivel literario y artístico que resultan una buenísima experiencia para todas las edades.
A través de los diarios de Cereza se viven las experiencias de su protagonista y los personajes de su entorno, que va haciéndose mayor a medida que se avanza en la colección, que va cumpliendo años, descubriendo secretos, ampliando su personalidad, afianzando su forma de ser.
Cereza sueña con ser escritora y le encanta observar su alrededor y a las personas que pueblan su universo personal. Un entorno local aparentemente anodino que, gracias a la especial mirada de Cereza se convierte en misterioso y tremendamente enriquecedor. Un poco en la línea de Ana la de Tejas Verdes, pero en la Francia rural actual en lugar de en la Canadá de finales del XIX.
Son historias de gran emotividad, de aventura interior, en las que las relaciones con el mundo adulto son fundamentales, en las que el crecimiento físico está unido al emocional, en las que Cereza se convierte en alguien cercano, con quien crecer.
¿Asuntos que trata? la pubertad, los cambios emocionales, la separación familiar, la muerte, los vínculos madre-hija, el descubrimiento de la vida, la amistad.
El autor británico, Piers Torday, escribió esta maravilla que atrapa de manera irremisible a lectores y lectoras adolescentes, una historia de fantasía futurista, de aventuras en un mundo distópico que resulta toda una metáfora de crecimiento interior adolescente.
Es especialemnte interesante hacer notar que lo escribió en 2015, cuatro años antes de la llegada a nuestro planeta de la pandemia de la Covid19.
Un jóven, Kester, que nos cuenta en primera persona su peripecia asombrosa, sus capacidades extrasensoriales, sus sentimientos y deseos.
Resulta tremendamente edificante cómo busca, qué busca y con quien busca. Una propuesta para reflexionar sobre la realidad de nuestro paso por el planeta, sobre la importancia de la figura de los padres y las madres, sobre la necesidad de búsqueda interior.
En su camino en busca de una figura paterna, Kester se topa con un mundo adulto hostil, metáfora de lo que muchas personas en edad adolescente creen. La incorporación del personaje de Polly en plena aventura resulta otro acierto más, para atraer a la lectura a chicas y chicos que busquen argumentos diferentes, entretenidos y a la vez profundos.
¿Asuntos que trata? La relación humana con la naturaleza, la búsqueda de la figura paterna/materna, la reacción ante la enfermedad, el crecimiento personal, la actitud ante las dificultades.