28 agosto, 2019

Siiiii ¡vale! Es agosto, vacaciones, calorcito…íbamos a hacer un post divertido, “veraniego y ligerito”…pero ¡las noticias mandan! Y toca ponerse en “modo serio” porque los últimos datos que acaban de publicarse en relación a las apuestas deportivas, “físicas y online”, son muuuuuuuy preocupantes, sobre todo entre jóvenes. Así que lee con atención y flipa.

Julio empezó con las tragaperras y luego con las apuestas por sustitución tras el consumo de coca: “las llaman la nueva heroína, porque está ganando a todas las adicciones de sustancias porque los jóvenes creen que no son tan graves y el peligro es el mismo, yo no controlaba y hacía lo que fuera por consumir “apuestas”, igual que hacía con la coca”.

¡Y nos están invadiendo! Son una plaga: “En lo físico hay casas de apuestas frente a colegios, por todos los lados. Hay calles de 80 metros donde ves cuatro salas, pero en casa y de forma online también, es algo bestial. En la tele y si estás navegando en internet te salen ventanas emergentes de publicidad de apuestas” sigue advirtiendo Julio.

Los salones de apuestas se han convertido en los nuevos ‘after’. Brotan como champiñones y encima son legales. En cuanto despunta el sol los fines de semana, grupos de chavales de 18 y 20 años empalman la discoteca con el salón para que no termine la fiesta. Unos siguen bebiendo a cuatro euros la copa o a un euro la lata de cerveza. Otros toman un aperitivo, café y zumo gratis antes de meterse en la cama. El plan es inmejorable: hay alcohol barato, pantallas gigantes con fútbol, tenis y baloncesto y la emoción de ganar unos cientos de euros al instante en la ruleta.

En pocos años, el paisaje urbano se ha transformado y ha sustituido locales de ‘Todo a 100’, tiendas de alimentación o supermercados por casas de apuestas y salones de juego de diferentes compañías.

Aunque la ley prohíbe la participación de menores, Juan Llamas, de FEJAR, apunta que “la edad de inicio en los juegos de azar es de 14 años y ocurre en estos locales donde se les invitan a desayunar o les ponen el refresco más barato que en el bar de enfrente”.

Y si escuchas testimonios de quienes han trabajado en estos locales sigues flipando:

“Lo normal es que cuando abres el local a las nueve de la mañana tengas a unos cuantos chavales ‘de pedo’ esperando para entrar. ‘Vamos, que llegas tarde’, te dicen de cachondeo. Algunos están todavía borrachos, te los encuentras en la calle con el cubata en la mano y lo primero que te piden es una cerveza. Se la toman, los fines de semana tenemos 3×2 en latas, comen algo y echan alguna apuesta. Los más jóvenes meten cinco euros en la ruleta y a ver qué pasa. El que se calienta puede meter 50 fácilmente”,
“Te dicen que pase lo que pase dejes a la gente jugar, que les invites a alcohol. Y me costó problemas porque yo he llegado a ver situaciones extremas. Como un hombre de unos 45 años que se dejó 3.000 euros en la ruleta e intentó vender su móvil a los demás clientes para seguir jugando. Nadie se lo compró”
“los más jóvenes me pedían que les guardase parte del dinero y no se lo diese por mucho que me lo pidieran. Iba contra las normas, pero yo lo hacía. ‘Aunque venga luego, tú no me lo des’, me decían. Luego algunos venían desesperados a por su dinero porque estaban perdiendo en la ruleta. ¿Si se lo daba? Pues claro, yo no soy su madre”
El salón de apuestas no solo es un ‘after’, también es el lugar perfecto para empezar la fiesta.

“Te vienen al principio de la noche los viernes y sábados a calentar. Unos euros a la ruleta, unos cuantos cubatas a cuatro euros, unas palomitas y patatas fritas, y luego a seguir la fiesta por ahí. Mi salón cierra a la una de la madrugada y los chavales van pasando. Luego por la mañana alguno vuelve a ver si recupera lo gastado esa noche”. Entre semana, no falta el estudiante que hace pellas. O que ha aprovechado el recreo para visitar con alevosía el oscuro salón antes de regresar al aula. “Yo no les pregunto si se están saltando clases, pero es evidente. Te vienen con la mochila y con cinco euros en la mano. Es más habitual a media mañana, supongo que por la hora del recreo”

Los estudios que acaban de publican cifran en un “20-30% el total de adolescentes y veinteañeros que componen la clientela de un salón”.

La máquina favorita de jóvenes y mayores es la ruleta. “Es muy sencilla de jugar y el resultado es inmediato: o ganas o pierdes, y en base a eso sigues jugando. Se juntan 25 alrededor de la máquina y ahí echan la tarde con unas latas. Ves a chavales que empiezan a venir con la novia y luego al poco ya vienen solos y dejan a la novia tirada toda la tarde. O el típico que un día viene con su grupo de amigos y al día siguiente ya lo tienes enganchado”.
“Un día me acerqué a un chavalito que se había dejado 800 euros en la ruleta y le dije ‘tío, déjalo ya, no ves que te están desplumando’. Se lo dije disimuladamente en el mostrador. Al momento me llama el jefe. ‘Me he enterado de que le has dicho a un cliente que deje de jugar’. Casi me despiden. Yo sabía que el salón está lleno de cámaras pero no de micros”
Lo de invitar a alcohol a la gente que se está dejando dinero en las máquinas es lo más habitual: “Si son chavalillos, también se les da cerveza gratis mientras gasten. No me gustaba ir por la sala diciéndoles que apuesten, pero era mi trabajo y tenía que hacerlo. ‘Si echas 10 euros a los galgos entras en el sorteo de una Xbox’ y cosas así”.

Lo que también dicen es que son sospechosas las visitas a los baños que luego se traducen, a la hora de limpiar los aseos, en restos de cocaína en el mobiliario, en especial los fines de semana.

Estos testimonios y datos nos parecen alarmantes peeeero es solo el principio ¡parece ser que lo de las apuestas online ya es para echarse las manos a la cabeza porque la invisibilidad juega un factor muy importante: es difícil de detectar, puedes jugar en pijama y con la tarjeta de crédito como único testigo.

¿Te suena lo de 8,8,8 …y así todo el rato con publicidad constante con ídolos como protagonistas para normalizar esa conducta? Y es que se gastan en ‘marketing’ más de 300 millones de euros porque saben que está funcionando: 4.000 millones en apuestas y casino online en estos tres últimos meses de 2019. En seis años, el número de jugadores online ha aumentado de 289.000 a casi un millón. El 2% de los adolescentes de entre 12 y 15 años podrían llegar a ser ludópatas, y lo mismo ocurre con el 36% de los jóvenes de entre 16 y 30 años, según estos estudios….en fin, un rollazo de datos que no nos ha molado nada descubrir este verano.

Así que terminamos con lo que dice la directora de la FAD, Beatriz Martín Padura: “Insinuar que las y los jóvenes son responsables a la hora de apostar su dinero es “banalizar” el problema. Tenemos que actuar toda la sociedad. Tenemos constancia de muchos casos en los que el nieto le ha cogido la tarjeta a la abuela y ha gastado miles de euros”.

Así que sí, toca ponerse las pilas con este tema ¡que no es un juego!, es un bucle de pierdo, vuelvo para recuperar y sigo perdiendo. ¡Nos toca parar esa ruleta!

¿Y TÚ QUÉ… te las juegas?

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