“YO YO YO me saco solo (“dice” este perro), porque quiero salir YA YA YA”
Y en esta sociedad del “Aquí y Ahora” y del “Yo, yo y yo” podríamos identificarnos muchas veces con este perro.
Fue ya Quevedo, en su poesía burlesca “Letrilla satírica 3” quién se inventó la expresión de “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como” que tan de moda se ha puesto ahora… Esta frase, en publicidad o individualmente, es usada tanto con un aspecto negativo, haciendo referencia al egoísmo o narcisismo de alguien, como positivamente, haciendo referencia a la autosuficiencia de alguien en alguna cosa.
Nos quedamos con el primer uso para hablar de lo que llaman la “epidemia del narcisismo en la gente joven”. El exhibicionismo en las redes sociales, la obsesión por los ‘selfies’ y la propia imagen… ¿nos está invadiendo el “yo yo yo”?
Fue el bello y vanidoso Narciso, personaje de la mitología griega que murió por enamorarse de su propia imagen, quien inspiró el término narcisista. Luego fue Freud quién reinterpretó el concepto y dijo que esto del “yo yo yo” podía llegar a ser una patología mental. Después ya en el siglo XX fue el sociólogo Lasch quien dijo que en realidad ya se había convertido en una enfermedad cultural. Eso fue en los años setenta y el tema ha ido empeorando de tal modo que ahora el culto obsesivo al individuo y la búsqueda fanática del éxito solo personal se ha convertido en la pandemia del siglo XXI que sufre nuestra sociedad occidental actual cada vez más narcisista.
La psicóloga Pat MacDonald habla de la plaga en la sociedad contemporánea de este Narcisismo de una juventud que vive en el Yo permanente de la autopromoción en las redes sociales, la búsqueda de fama a cualquier precio, la necesidad de admiración, etc….Y su colega Jean Twenge de la Universidad de Georgia, es todavía más catastrofista con su libro Epidemia narcisista de la Generación yo afirmando que las y los adolescentes del siglo XXI se “creen con derecho a casi todo, pero también son los más desgraciados” y por último, Bouchoux, desde Francia, con “Los perversos narcisistas” afirma que “hay un incremento del narcisismo, porque ahora la imagen cuenta más que lo que hacemos y queremos alcanzar muchos hitos sin esfuerzo”.
¡¡Vaya panorama nos presentan de la juventud!! Pero, ¿es verdad?
Hay que reconocer que el narcisismo fascina. Lo muestran los índices de audiencia de los realities. Quizá la principal novedad son las redes sociales, lugar donde millennials (si has nacido entre 1980 y 1997) y no tan millennials, personas famosas, y no tan famosas, transforman lo mundano en extraordinario. Cada día se suben a Instagram 80 millones de fotografías, con más de 3.500 millones de likes: “Yo, comiendo”, “Yo, con mi mejor amiga”. “Yo, en un nuevo bar”. En Facebook, millones de personas ofrecen detalles de su vida al mundo.
¡Y atención a los selfies! (ya hablamos de esto en otro post). No todo el mundo que se hace autofotos a todas horas es narcisista, pero un estudio realizado en una universidad de Chile, concluye que los sujetos que se sacaron más fotos durante el primer año de la investigación mostraron un alza del 5% del nivel de narcisismo el segundo año. ¿Cuántos selfies te haces tú a la semana?
Pero, pensando de otro modo ¿No se deberá este ansia narcisista a la intrépida carrera de logros personales que esta sociedad hiperdemandante exige a las y los jóvenes hoy en día?
Lo malo de todo esto es que el narcisismo juvenil está vinculado a la frustración, a la depresión, la ansiedad, la agresividad.
Cultivar un poquillo cierto ego saludable es lógicamente muy beneficioso para la juventud, pero tal vez nos estamos pasando con esto de inflar el ego, recurriendo además a la manipulación, la mentira y el postureo, y sumándolo encima con la cultura de la inmediatez, el “lo quiero ahora y YA, YA, YA” (que nos daría para hacer otra entrada).
Si se está demostrando que esta cultura juvenil de la idolatría de lo aparente y lo inmediato no lleva a nada bueno, a lo mejor deberíamos plantearnos un poquito tanto YO YO YO y tanto YA YA YA ¿no crees?
¿Y TÚ QUÉ… eres narcisista?
No creo que sea sólo un problema de bastante gente joven, me parece que ya está muy extendido también en teóricos adultos, es un problema social general de las sociedades que económicamente están bien o bastante bien.