“Queridos publicitarios de Intimissimi: les escribe una treinteañera a punto de meter los dedos en el enchufe escandalizada por su anuncio de la ‘estudiante’ buenorra que aparece presentando el sujetador ‘Manuela’.
Verán. Yo es que estoy ya un poco viejuna y hace un tiempo que abandoné las aulas, pero, vaya, echando la mirada a atrás, juraría que en mis años mozos no estudiaba yo tan liviana de ropa como la joven de su anuncio.
Por otra parte, dejando de lado la faringitis que va a pillar la protagonista de su historia, he de decir que ninguna de mis compañeras de clase -ni mucho menos yo misma- estudiaba de esa guisa ni tenía semejantes medidas. La muchachuela de piernas largas, cutis hidratada, senos turgentes, tez tostada y melena sanísima puede que represente a un porcentaje de estudiantes, sí, pero me atrevería a decir que no es una amplia mayoría.
Mire usted, señor creativo de Intimissimi. Aquí estudiamos con el pelo enroscao en un boñigo, sudadera de la Caja Rural y pantalón de chándal de mi hermano. Por no hablar del grano que me sale en la barbilla fruto del estrés y los ojos inyectados en sangre por maldormir durante semanas. Ah, no se olvide de las ojeras, que van de serie. Y el escritorio lleno de mierda, post its por todas partes y seis latas de Coca Cola o Red Bull por las esquinas. La cama esos días no se hace, los pelochos no se depilan y si hay que alimentarse a base de Rufles Jamón Jamón, se hace.
Permítame que insista y dígale usté a la chica del anuncio que, al menos en mi clase, ninguna compi estudiaba con culotte de encaje y push up modo “tetas en la garganta”. Oiga, que igual yo me equivoqué de carrera y va y resulta que las buenorras estaban en la clase de al lado. Quién sabe. Pero póngale un batin a la moza que la veo con el Frenadol (Forte) en un santiamén.”
Esta es una carta escrita por Almax_Forte que se ha hecho viral en las redes durante esta semana poco después de que se comenzase a emitir el anuncio de Intimissimi. En clave de humor trata de evidenciar y hacernos reflexionar sobre los estereotipos, a los que continuamente la publicidad recurre, sin que ni siquiera nos planteemos muchas veces si realmente nos representan, tanto a chicas como a chicos. ¿Tú sueles estudiar así? 🙂
Todos los días nos exponemos a un bombardeo publicitario que no está sólo en la tele o internet, también cuando caminamos por la calle: ¡¡3.000 impactos publicitarios al día y exposición a 247 imágenes diarios de entre marcas y logotipos!! (lo que nos dicen los estudios). Y aunque nos acordemos sólo de la mitad de todos estos anuncios, el mensaje cala, se nos queda.
Y estos mensajes, diseñados para manipular nuestras mentes, no sólo nos “venden” unos productos específicos, nos inducen a sentirnos y a valorarnos de diversos modos y, en la mayoría de ocasiones, nos comunican imperativos relacionados con cómo deberíamos ser, no sólo como hombres y mujeres, también como personas.
Un reciente estudio presentado el mes pasado (Consejo Audiovisual (CAA).2015) al analizar los 100 anuncios más emitidos en las principales cadenas de televisión españolas concluye que nuestra publicidad funciona con estereotipos, es su “herramienta” de trabajo. Además el 30% de los ‘spots’ analizados contiene estereotipos de género, el 87% referido a mujeres. ¡¡Vamos que nos la pasamos “escuchando subliminalmente” cómo tenemos que ser ¡!
Y es que la publicidad no es inocente. Los anuncios nos venden sujetadores, coches, detergentes, colonias,… pero también una forma de sociedad (en la que, por ejemplo, las mujeres son seductoras, sumisas, cuidadoras, amas de casa,…y los hombres agresivos, resolutivos, “tecnológicos”, seguros. Una publicidad que por ejemplo normaliza la cosificación del cuerpo de las mujeres (que en este anuncio tiene un pase puesto que es de ropa interior, pero el mismo código lo encontramos para vender helados, coches o desodorantes)).
La gran pregunta sería ¿la publicidad y medios de comunicación reflejan la realidad o la crean? Seguramente que las dos cosas al mismo tiempo, pero está claro que muchas veces no muestran quienes somos (¡ni estudiantes con cuerpazos con push up de encaje o bóxer slip ajustados (sujes y gayumbos, para entendernos) y la mayoría de las veces los anuncios nos venden la moto con representaciones caducas, sin darnos otras opciones y haciéndonos retroceder en muchos sentidos …
¿Y TÚ QUÉ…Dejas que la publicidad te “venda la moto”?