10 diciembre, 2019

En YTUQUÉ tenemos un lema ¡malos humos los justos!…(Nos mola el buen rollito y hacer el humor todos los días) y nos gustaría terminar el año con buenos humos…y hablando de esto ayer va un tipo y nos suelta en plan chiste ¡Ey que yo de malos humos nada, QUE YO VAPEO! Y claro, la respuesta ha dado para un post.

Justo estos días atrás una de las mayores influencers en España ha celebrado su cumple por todo lo alto (invitando a mas de 100 influencers refamosiiisim@s) en una fiesta que ha sido uno de eventos recientes que más atención ha despertado en Instagram con cientos de fotos y vídeos a los que no remitimos porque la mayoría de los stories eran selfies vapeando y vapeando y publicitando una marca de cigarrillos electrónicos… como si fuera una cosa guay.

Y NO LO ES.

Estos días también es noticia que EEUU se está planteando su prohibición después de varias muertes relacionadas.

Y sí, todo empezó muy bonito. La historia de Adam Bowen y James Monsees es de esas historias de éxito que gusta contar. No empezó en un garaje pero casi: dos amigos fumando un pitillo mientras daban vueltas a su proyecto de fin de carrera, hasta que al dar la última calada dieron con la idea feliz: ¿Y si diseñaban un cigarro más sano y, quién sabe, uno que hasta les permitiera dejar de fumar? Así nació Juul, la empresa líder de los cigarrillos electrónicos, del vapeo. Pero a veces los sueños se truncan y se convierten en una pesadilla…sobre todo para las más de 1.000 personas con casos de lesiones pulmonares que han sido relacionadas con los cigarrillos electrónicos…en fin.

Peeeero a pesar de los estudios y datos cada vez más claros sobre lo perjudiciales que puede ser vapear para la salud, cada vez más jóvenes los utilizan, principalmente como alternativa para dejar de fumar… Y mira que quienes saben de esto (el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, CNPT) dice muy clariro que no es una solución sino más bien un problema: “No es una puerta de salida como nos quieren hacer creer, sino más bien una de entrada a la nicotina”.

¿Y entonces? Pues que su publicidad va dirigida a jóvenes y adolescentes y en redes sociales aparece como un producto guay con sabores y olores estupendos… y claro, se cae. Y en España ya tenemos más de medio millón de personas que vapean.

Según el Ministerio de Sanidad “uno de cada dos menores” de entre 14 y 18 años ha probado los cigarrillos electrónicos en alguna ocasión. Y por eso han creado una campaña muy directa bajo el lema “que no te engañen: el tabaco mata y te mata en todas sus formas”…. porque lo de vapear es muy chungo también.

Vaya, que se habla incluso de Vapeo letal: la misteriosa epidemia causada por los cigarrillos electrónicos.

Ni son más sanos ni ayudan a dejar de fumar. Las sociedades médicas cargan al unísono contra los sistemas de vapeo tras conocerse su relación con una nueva enfermedad grave.

Pero ¿qué dicen quiénes le dan al vaper?

Paloma Pastor, 23 años: “A mí siempre me lo han vendido como algo para dejar de fumar. Creo que va más por ese camino. Quitar público al tabaco, para cogerlo ellos”. Ella cree que este aparato se está aceptando mejor entre los jóvenes porque no sabe a tabaco si no se quiere y el olor no molesta “.
Luis Palomares, 22 años: “Veía que estaba aumentando mucho los cigarros que me echaba al día. Vapeaba con lo mínimo de nicotina”. Sin embargo, el chico volvió al tabaco durante este verano. “No sé si fue paranoia mía, pero usando vaper notaba que los pulmones no se me terminaban de llenar al respirar”.
Ainhoa Moreno, 18 años: La joven estudiante de Psicología recuerda que mucho es postureo: “Hubo una época en la que cuando alguien fumaba vaper parecía que significaba: “Guau, mira cuánto humo sale. Mira qué guay soy”. La glamurización de su consumo es uno de los aspectos que más preocupan a las organizaciones de la salud. Es la idea de “producto guay” que comentaba Andrés Zamorano.
Álvaro Berrocal, 22 años. Él cree que la clave es que han sabido venderlo muy bien. También la posibilidad de probar diferentes sabores, aunque recuerda que no sacia tanto y “como puedes vapear cuando te da la gana, también vapeas más”.

El caso es que los cigarrillos electrónicos se han presentado como inocuos y no lo son. Lo que expulsan no es vapor de agua: está lleno de tóxicos. Y aunque sean menos tóxicos no tiene por qué implicar mucha menos mortalidad. Por ejemplo, las personas fumadoras que reducen su consumo a la mitad están expuestos a menos tóxicos, pero la mortalidad no se reduce.

Incluso en el caso de que el vapeo fuera menos tóxico, su expansión a tope ¡qué es que sigue siendo muy cool por desgracia! a nivel poblacional es el gran problemón.

Por ejemplo, cuando se conoció la relación entre tabaco y cáncer de pulmón, aparecieron los cigarrillos con filtro, que podían reducir el riesgo de cáncer de pulmón a la mitad; el resultado fue que la falsa seguridad hizo que más personas fumaran y el número de cánceres de pulmón se disparara.

Pues aquí igual, la industria del tabaco había visto cómo su mercado moría prematuramente ¡y tenían que reconvertirse e inventar algo para poder enganchar sobre todo a la juventud! Y ale, a vender cigarritos con sabor a mango y lima.

Pero la juventud es mas lista que eso ¿no crees? Y no va a caer…

Ale, que el año nuevo agregue nuevos aires de inteligencia y frescura a tu vida. ¡Feliz Año Nuevo 2020 y que el vapor sea de duchas calientes y calditos ricos, mmmmm!

¿Y TÚ QUÉ… tienes malos humos?

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