8 febrero, 2016

“Si lo sé… pero es que LE QUIERO”, ésta es una de las respuestas más comunes que dan chicas que han sufrido una relación de abuso en su noviazgo al reconocer todo lo que en su pareja no debería considerarse “amor”.

¿Tú crees que es amor o que va a acabar bien una historia en la que la chica dice que le quiere tanto que no le importa morir por él, ni dejar de ver a su familia y gente por él, o dejar de ser ella?

¿O una historia en la que ella está tan flipada por su chico que le considera perfecto mientras ella se define como “poca cosa” y por ello obedece cuando le dice cómo tiene que vestir, dónde tiene que trabajar o incluso qué tipo de relaciones sexuales tienen que tener aunque ella no quiera?

¿Crees que es amor una historia en la que tu chico, muy “machito alfa” siempre está peleando o agrediendo a alguien, alardeando de ello y que te asusta estar a su lado?

¿Es esto amor para ti? Si has contestado que NO, entonces entenderás que veamos necesario cuestionar la forma de amar que nos enseñan. Resulta que estas situaciones que hemos descrito son el guión de los 3 libros-películas considerados en los últimos años como las “3 historias de amor más bonitas y románticas”, son la Saga “Crepúsculo”, la de “Cincuenta sombras de Grey” y la de “A tres metros sobre el cielo” respectivamente. Todas best-sellers, todas provocadoras de suspiros y frases de “ooohhhh yo quiero que me pase algo así”.

La semana que viene ya tenemos de nuevo los escaparates llenos de globos de corazoncitos y flechas, bombones de corazón y la invasión del color rojo… ¡el domingo es el “Día de los enamorados”! Ya hablamos el febrero pasado de ese día y de cómo el amor era una cuestión química y también social. Este año queremos hablar de ese ideal de “amor romántico” que nos han vendido y que a veces causa mucho daño.

De hecho esta semana es noticia que El Corte Inglés ha tenido que retirar un corto de su campaña de San Valentín porque identificaba el amor con el control (dos protagonistas se conocen en la red social Tinder: Él la somete a un interrogatorio sobre lo que hace en las redes y ella le promete que “intentará controlarse con los likes”).

Y es que muchas veces, desde esa divulgación de “lo que es amor de verdad” que aguantamos hasta la fatiga a través de la música, literatura, series, pelis, etc. … nos llegan mensajes que equiparan amor a control, renuncia, pérdida, ruptura de una identidad propia, celos, …con frasecitas del tipo “Te quiero por encima de todas las cosas, sin ti no soy nada, lo más importante de mi vida eres tú, como me quiere cambiará, por amor me muero, el amor es ciego, perdonaría cualquier cosa por amor, por amor lo daría todo, eres la media naranja que me completa y el “ fueron felices y comieron perdices”.

Estas ideas de lo que es “el amor romántico” pueden ser perjudiciales para poder establecer relaciones de pareja sanas, igualitarias y felices. Si llegamos a creer en estos ideales, y a llevarlos a la práctica, se pueden transformar en una verdadera trampa.

Y lo malo es que ¡sí nos los creemos! 🙁

Según los últimos datos de las investigaciones DETECTA (desde el año 2000 hasta el 2013 realizadas por toda España) la juventud entre 14 y 16 años tiene interiorizado el mito de la compatibilidad del amor con el maltrato (“quien bien te quiere te hará sufrir”) en un 70% de los chicos y un 75% de las chicas, el mito del amor verdadero predestinado, que supone que nuestra realización personal y felicidad depende de otra persona que nos completará en un 68,5% de las y los jóvenes. A la pregunta “Por amor sería capaz de…”, la respuesta más elegida por jóvenes es la relacionada con el “mito de la entrega total” (“darlo todo sin esperar nada a cambio” (también el “entregarme olvidándome de mí”), seguida por el “mito de la despersonalización”: “cambiaría incluso algo que me gusta de mí para conseguir a quien amo… también mi forma de vestir o mi estilo de vida”.

Y ante la pregunta de “Si tu pareja te daña y te hace sufrir…” las respuestas mayoritarias de nuestra juventud son “…tiene solución si estás dispuesta/o a perdonar lo que sea”, “… tiene solución si te pide perdón y te promete cambiar “ y “… tiene solución si lo ha hecho por amor, porque te quiere demasiado”, es decir, los llamados mitos de la “falacia de cambio por amor”, “el amor lo perdona/aguanta todo”, “la omnipotencia del amor y la normalización del conflicto o compatibilizar amor y maltrato”.

Con estos datos parece que todavía tenemos que aprender a distinguir si ese “ideal del amor romántico” que nos venden en las pelis, canciones o libros es real, o si yo, como persona, prefiero tener un amor que no me obligue a cambiar lo que soy o a sufrir. Y éste segundo debería ser el amor romántico de verdad ¿no crees?

El amor no controla, no impone, no violenta, no limita la libertad propia ni ajena, no es un contrato de propiedad. El amor libera, te hace crecer, es comunicación, es respeto, es apoyo, es…felicidad y buen rollo.

Así que para este San Valentín ojalá desenmascaremos y desmitifiquemos ese amor que es posesivo, celoso, inevitable, agresivo, entregado, doloroso… e inventemos otras formas de amar posibles llenas de cariño, compañerismo, libertad, respeto, independencia, etc. … más próximas al buen trato entre iguales.

Que no nos vengan con tanto cuento y que si nos encontramos a alguien que considera así el amor y nos dice eso de “soy así pero te quiero tanto”, le podamos responder, como se enseña a las chicas que contábamos al inicio:

“PUES NO ME QUIERAS TANTO Y QUIÉREME BIEN”

¿Y TÚ QUÉ…Sabes querer bien?

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