7 enero, 2018

Durante la mañana de ayer, día de Reyes, en la mayoría de los hogares (en los países como en España donde muchas familias tienen recursos) se escucharon frases de alegría de peques al abrir regalos, como ¡justo lo que había pedido! ¡qué guay! ¡qué chulo!… pero no siempre es así. Es lo que le paso a una niña que apareció en los Informativos ayer de las 21 horas de Televisión Española, y a la que parece que no le gustó mucho su regalo. Y es que aunque al principio parece eufórica al abrirlo, al final parece que no era exactamente lo que esperaba. “¡Mierda, pero mierda, mierda!”, se la escucha decir en el vídeo que se ha hecho viral en Twitter después de salir en el telediario.

Esta niña bien podría “sufrir” el llamado “Síndrome del niño hiperregalado”. Se estima que el 80% de las y los niños españoles han recibido cinco o más regalos durante estas fiestas y que la mayoría recibe 10 veces más regalos de los que necesitan.

Es decir, ayer por la mañana se repetía la siguiente imagen en muchas casas: peques anhelantes , al pie del árbol de Navidad, rasgando papeles de regalos para descubrir qué hay dentro y luego pasar, frenéticamente, al próximo regalo, sin casi prestarle atención al recién abierto… uno detrás de otro y al final decir: ¿ya está? ¿no hay más?

“Yo ya he escrito mi carta a los Reyes Magos, y me voy a pedir diez cosas. ¿Tú cuántas?” – le preguntaba el otro día un amiguito del cole a mi hijo”

Con esta anécdota se abría esta semana pasada el debate sobre una sociedad que fomenta el consumo y la competitividad en un foro de familias.

Ya lo hemos mencionado varias veces en el Blog, la Navidad es una época dominada por el consumismo y en la que cala hondo el mensaje de “compra, compra, compra” ante el que no podemos resistirnos y acaba traduciéndose en un “quiero, quiero, quiero” que en el caso de las y los mas peques de la familia puede afectar a su desarrollo emocional.

El problema del “Síndrome del Niño Hiperregalado” produce una “anestesia emocional” volviendo a las y los peques seres caprichosos, egoístas y consumistas. Se preocupan más por vanagloriarse en el cole de la cantidad de regalos que recibieron que del tipo de regalos. Prima más la cantidad de juguetes que la calidad.

Y todo esto tiene sus consecuencias. Los estudios hablan de que este exceso de juguetes está provocando sobreestimulación, una pérdida de la ilusión, está limitando su fantasía y además provoca bajo nivel de tolerancia a la frustración, dejando de lado “el valor de las cosas”.

Por eso, cada vez más, muchas personas y familias se están planteando este hiperconsumismo navideño. No dicen que haya que hacerse ermitaña y marcharse a la montaña a vivir de los propios recursos. Se habla de consumir, pero con equilibrio. De consumo responsable. De saber el esfuerzo y coste de cada cosa. De saberse con la suerte de haber nacido en una familia con recursos (peques de muchos otros países, como en la foto del post, se ilusionan con mucho menos) y poner en valor cada cosa.

Puede ser que la solución no sea hacerles prescindir de regalos, sino obsequiarles con menos presentes. Para que valoren lo recibido y lo puedan disfrutar durante el mayor tiempo posible. Las últimas campañas anticonsumismo hablando de “La regla de los 4 regalos”:

  1. Un regalo que pueda usar, como las prendas de ropa, los zapatos o accesorios similares.
  2. Un regalo relacionado con la lectura, ya se trate de un libro en papel o un e-reader.
  3. Un regalo que deseen mucho, dirigido a alimentar la ilusión.
  4. Un regalo de cualquier índole que realmente necesite.

Las navidades se entienden como una época de ilusión y alegría, por lo que puede ser el momento perfecto para enseñar, sobre todo a peques y jóvenes, a valorar otras cosas más allá de los regalos materiales. De valorar más el tiempo compartido, de contrastar el número de juguetes que piden o reciben con el de otras personas, otras niñas y niños que no tiene tanta suerte durante estas fechas. En definitiva, de darnos cuenta del valor de lo no-material.

¿Y TÚ QUÉ… has sido hiperregalado?

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