17 diciembre, 2021

Eva de la Peña, psicóloga que lleva más de 20 años en coeducación e igualdad de género y en la prevención de violencias machistas, se incorporó al grupo de ponentes de los talleres propuestos por EduCONEC para este 2021.

Eva de la Peña

El último taller del año, con el título Tercera brecha digital de género, e-igualdad en la era del CIBERMACHISMO. Eva de la Peña fue presentada por Celia Prat, de Campus Fad, que destacó su labor divulgadora y activista.

La conferencia estuvo repleta de datos, datos para centrar los objetivos de ese activismo feminista tan necesario en las redes.

Para empezar, explicó cuáles son las tres brechas digitales de género. Sin perder de vista que las generaciones de jóvenes en este momento se socializan de un modo diferente a las generaciones anteriores, tanto es así que han reconvertido la pirámide de las necesidades básicas de Maslow, y han incorporado en ella a Internet.

Según Eva, somos una sociedad empantallada que vivimos en un mundo digital, un planeta con más móviles que personas, tecnologías que pasaron de ser TIC a TRIC, con la R de relación intercalada.

Por esta razón era importante formar una mirada con perspectiva de género a lo que está pasando en ese mundo virtual. Y entonces nos encontramos ese iceberg digital machista, porque se evidencia que a ese mundo virtual se trasladan los estereotipos de género de lo no virtual.

Ya hace muchos años que la ONU denunciaba sexismo en los buscadores de internet. Los algoritmos sugieren búsquedas que reproducen los machismos analógicos en el mundo virtual.

Y una vez trazado el mapa de situación, Eva ha explicado cuales son las tres brechas digitales de género: la primera, en nuestra sociedad, está prácticamente superada, es la que se refiere al acceso a las TRIC, la segunda tiene que ver con la intensidad del uso, y en esa segunda brecha aún se ve que hay un camino a recorrer para cerrarla.

Y la tercera brecha digital se define como los códigos, estereotipos, patrones y roles de género. Ahí hay un largo camino que recorrer. Hay que entender cómo se trasladan los estereotipos a la red.

Los y las jóvenes para lo que más utilizan internet es para hablar con amistades y utilizar las redes sociales

Eva piensa que es importante que se sepan algunos datos muy recientes y de ahí que ha dedicado un tiempo a volcarlos, para que del conocimiento de los datos surjan las acciones:

Datos como que 8 de cada 10 de los y las jóvenes que ahora estudian, trabajarán dentro del entorno digital, y lo harán en profesiones que ni siquiera existen todavía. O que sólo 3 de cada 10 mujeres que estudia en el mundo cursa carreras STEM, sólo un 8% lo hace en carreras de ingeniería y un 3% en tecnología.

Lo que vemos es que los y las jóvenes para lo que más utilizan internet es para hablar con amistades y utilizar las redes sociales, un 71% de chicas y un 44% de los chicos lo hacen como su primera ocupación en internet. La segunda ocupación de los chicos es jugar con videojuegos, algo que las chicas no hacen en los mismos porcentajes, lo hacen mucho menos.

Esto último tiene relación directa con la segunda brecha digital, los videojuegos son la puerta de entrada al mundo tecnológico, y de ahí que si son los chicos los que más juegan, la relación sea directamente proporcional con la entrada en el mundo profesional de las tecnologías.

Otro de los grandes puntos importantes de la tercera brecha digital son los referentes que crean contenidos para las diferentes plataformas, influencers, instagrames, streamers, etc…

Y en este punto, Eva nos ha enfrentado al análisis de esos contenidos: llama la atención que las chicas siguen a chicas en un 66% y los chicos siguen a chicos en un 87%, esto es importante de cara a comprender la tercera brecha digital de género, porque los temas de los que hablan los chicos son diferentes, en general, a los que abordan las chicas.

En general los chicos tienen más que ver con videojuegos, con el ocio, con la diversión, y en general los canales que tienen a chicas como protagonistas hablan de moda y belleza. Es algo que refleja modelos muy estereotipados de a qué se vincula lo femenino y lo masculino.

Y también es importante la construcción de la mujer-objeto en la red.

En los últimos tiempos ha aumentado la sextorsión, sin olvidar que lo que llamamos haters no son otra cosa que abusos y acosos, y cuando te posicionas desde la igualdad recibes muchos ataques.

Un 53% de chicos y un 31% de chicas ha recibido imágenes de chicas desnudas en sus dispositivos, sin embargo, sólo el 10% de los chicos y sólo el 1% de las chicas reconoce haber enviado este tipo de imagen.

Con respecto al consumo de porno, la edad de inicio, el primer acercamiento, no necesariamente buscado, la media son los 8 años, porque aparece, no porque lo busquen. Pero si hablamos de búsquedas intencionadas, el 83% de los chicos de 17 y 18 años asume haberlo buscado y el 36% de las chicas.

El 88% del porno muestra escenas agresivas, y el 94% de esas agresiones son hacia mujeres. Esto es algo que nos tiene que llevar a reflexionar mucho, no es algo que deberíamos permitir que se considerase “lo normal”.

Eva de la Peña enlaza este asunto con los comportamientos de los y las jóvenes con respecto a las posibles conductas de riesgo que asumen haber recibido o haber hecho.

Algo que hacen en un porcentaje muy alto, casi un 80%, es aceptar amistades en redes a gente que no conocen, un 60% ve páginas que sus padres no autorizarían. Y en el tipo de contenido de esas páginas vemos que los chicos en un alto porcentaje se refieren a páginas de contenido sexual y las chicas en un 21%.

Igual que en la calle por la noche, en internet, en las redes, las mujeres deben ser libres, no valientes.

Otras conductas de riesgo asumidas por porcentajes suficientemente preocupantes de jóvenes son colgar o enviar fotos que sus padres no autorizarían, usar la cámara para comunicarse con una persona desconocida, quedar con un chico o una chica que ha conocido en internet.

Otra cosa que está pasando es que se reproducen los indicadores de abuso en los noviazgos, se han trasladados al mundo online. Los maltratos y las conductas son las de siempre: control, aislamiento, viene a ser lo mismo con una pantalla por medio.

Todos estos datos dan algunos miedos, miedos muy parecidos a los que sienten las mujeres al volver a casa solas por la noche. De la Peña afirma que nos han socializado en el miedo y eso transforma internet en una nueva especie de noche.

Igual que en la calle por la noche, en internet, en las redes, las mujeres deben ser libres, no valientes. Es momento de dejar de socializar en el miedo, es momento de cambiar esos códigos y dar herramientas de defensa feminista y de empoderamiento.

Para terminar la charla, Eva de la Peña dejó apuntadas algunas fórmulas de solución.

Las redes han hecho muchísimo por la lucha de la igualdad, hay talleres, y app-tivismo de género, toda la red está llena de instagrames y youtubers feministas, chicos y chicas. Y también hay juegos que enseñan a manejarse en la red con ciberseguridad y con relaciones saludables.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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