7 octubre, 2020

Ha llegado el otoño, momento de soltar, dejar ir lo que no nos sirve, como la naturaleza… Estos meses de atrás hemos hablado mucho de sentires (este momento histórico pandémico raruno nos lo pedía) y de cómo estaba nuestro “almario” pero ¡abramos hoy nuestro ARMARIO!, el de nuestra habitación, aprovechando este cambio de temporada y veamos qué nos encontramos.

¿Tienes ropa de sobra? ¿Cuánta de esa ropa no la necesitabas pero la has comprado? ¿Cuántas veces te has puesto algunas de las últimas compras que has hecho? ¿Quién, cómo y dónde se ha hecho esa ropa de tu armario?

Sabías que en nuestro país nos gastamos 1.475€ de media en ropa-calzado al año. ¡Más de 120€ al mes!! :O En la época de nuestra madre-padre, había 2 grandes temporadas de moda al año ¡pero ahora podemos comprar ropa nueva cada semana! Lo que llaman “fast fashion” o moda rápida.

Y entonces resulta que compramos un 60% más de ropa que hace una década, pero como es más barata, pues el gasto en moda se ha estancado por estas prendas low cost ¡y este consumismo de ropa barata es la parte más contaminante de la moda! El fast fashion o moda rápida se ha impuesto gracias a productos low cost, de usar y tirar…Ufff

Influencers, publicidad, medios de comunicación… nos animan a comprar ropa nueva aunque no la necesitemos… Piénsalo ahora mismo ¿Qué es lo último que te has comprado que realmente no necesitabas?

Seguro que ya lo sabes, esta ropa muchas veces está confeccionada por trabajadoras de países asiáticos o africanos que curran un montón en condiciones pésimas  y cobran una miseria. Eso sí, quienes distribuyen esas prendas ganan un montón de dinero cuando las venden.

Según un informe de la ONU ¡la estamos liando parda con esto de la moda para nuestro planeta y para la sociedad más vulnerable! Resulta que además de comprar de media un 60% más de ropa que hace una década, muchas de esas prendas se utilizan solo diez veces antes de ser tirada ¡Flipas verdad! Pues encima toma nota:

Para confeccionar unos vaqueros se necesitan 7.500 litros de agua, cantidad que equivale al líquido que bebe de media una persona en 7 años.

La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta: produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos. En los últimos años ha multiplicado su producción y ha pasado de producir dos temporadas a producir más de seis, para ofrecer cada dos meses nuevas ropas y tendencias al homo-consumistus que tira la ropa en la mitad del tiempo que hace quince años.

Según las estimaciones de la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex http://www.asirtex.org), cada persona en España compra unas 34 prendas anualmente y tira entre doce y quince kilos de ropa, aunque, menos mal, la mayoría de esa ropa se vende como productos de segunda mano.

¡Esta situación no es sostenible! Ni para el planeta, ni justa para parte de la humanidad a la que se esclaviza haciéndonos ese jersey que nos pondremos solo una vez antes de tirarlo…

 Por suerte están apareciendo movimientos como köpskam en Suecia, entendido como ‘la vergüenza de comprar’, que penaliza el consumo obsesivo de prendas y el presumir de ello en las redes sociales, de modo que los unboxings y las colaboraciones que hacen celebridades, influencers y marcas del tipo: ¡mirad mi nueva adquisición de esta semana!, pues empiezan a estar mal vistos. 

Y no solo crece el köpskam. En varios países se ha instaurado el movimiento no buy year (https://www.sloww.co/buy-nothing-year/), que anima a la gente a no comprar ropa durante un año, con el fin de ser conscientes de la falsa necesidad de comprar con tanta frecuencia.

Las personas consumidoras tenemos mucho poder cambiando nuestra manera de comprar y usar la ropa… ¡venga… atrévete con la moda ética y sostenible! Y chulea de haber ido a un concierto, de haber viajado este finde… en vez de haberte comprado otros nuevos pantalones cada semana. ¡Reduce tu huella social y ecológica!

¿Y TÚ QUÉ… te atreves con la slow fashion?  

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.