1 octubre, 2021

El ciclo de EduCONEC sobre cultura y transformación digital sigue sumando.  El doctor y profesor de la Universidad de Ganada, Fernando Trujillo, impartió un taller bajo un título que incorpora tres realidades: Conecta con tu alumnado en una sociedad digital.

Un taller que impartió desde su despacho de la Universidad de Granada. Fue presentado por Beatriz Martín Padura, Directora general de Fad, que inició la introducción dando las gracias a la comunidad docente por dos años de mucho trabajo y muchos retos superados. Y dio paso a Fernando Trujillo marcándole la primera pauta para su charla: ¿Cómo conectar con personas que viven conectadas?

Trujillo comenzó reconociendo que esto genera inquietud; expresar la idea de reconectar con un alumnado que da la sensación de que quiere vivir en una vida digital.

 

Fernando Trujillo

La charla sirvió para aclarar ese título con tres realidades, cada una de las tres realidades del título podría ser objeto de una ponencia igualmente completa: Conexión docente, alumnado y sociedad digital.

Para ir centrando las intenciones, Fernando Trujillo decidió empezar por el final… del título: La sociedad digital. ¿En qué tipo de sociedad vivimos hoy? A esta pregunta se puede contestar desde muchas perspectivas. Él prefiere acercarse a un aspecto concreto de esta sociedad digital y toma como referencia un artículo de la profesora de la Universidad de Monterrey, Paola Ricuarte Quijano, que plantea que “vivimos una época en la que lo tecnológico diluye las líneas entre lo físico lo digital y lo biológico”.

¿Realmente eso es así? Lo que parece es que, al menos, lo pretende. Es una pretensión que, dependiendo de nuestro estilo de vida, puede ser más o menos real. En todo caso esa pretensión de lo tecnológico de diluir esas líneas, no deja de ser un intento de invasión de los espacios en los que vivimos.

Porque no podemos perder de vista que las empresas tecnológicas tienen interés en vincularnos a un estilo de vida que se apoye en sus dispositivos. La apropiación que pretende la tecnología genera cambios en la construcción de la identidad, y también nos cambia el modo de relacionarnos con otras personas y de interactuar con el entorno.

Aquí volvió a citar a Ricuarte Quijano: “la existencia no digital se traduce en nuevas formas de exclusión y expulsión del universo social”. Esto nos da mucha munición para reflexionar.

En los hogares con mayor apoyo parental disminuyen la vulnerabilidad frente a comportamientos agresivos

En cuanto a la realidad, el porcentaje de niños y niñas conectados es altísimo. En la franja ente 14 y 17 años, más del 75% afirman que toman decisiones no planificadas en su día a día a partir de la interacción con su teléfono. Esto constata la idea de que lo tecnológico puede apropiarse de los espacios de vida y además en edades muy tempranas.

En este momento, los 11 años es la edad del tránsito a la edad adulta en redes. Y sabemos que, a los 15 años, la conexión con ese otro mundo, el que está dentro de sus móviles, es casi permanente. Las normativas de los centros no detienen esa realidad.

Revisada la realidad de esta sociedad digital, Fernando Trujillo nos invitó a pensar en “el alumnado”. ¿un alumnado o muchas alumnas y alumnos diferentes? ¿Qué tenemos, cuál es la realidad de las aulas y los centros? La cultura digital está marcada por la heterogeneidad, por eso un aula está formada por personas con diversas maneras de conectar, con diversas prácticas en línea y con diversas maneras de entender la conexión.

Hay muchas culturas digitales porque existen tantas como maneras de ser joven, tantas como modos de entender la juventud y comportarse siendo joven.

Por eso es bueno estudiar esa complejidad para ver la cantidad de recursos que ofrece lo digital para hacer de la red un lugar positivo, y conocer también los riesgos. Porque es también un foco de algunos problemas que hay que saber afrontarlos. Problemas como el sedentarismo, el enganche al juego en línea, el excesivo culto a la imagen y sus problemas derivados.

Todo es un poco más complejo que en el siglo XX, como la sociedad es más compleja, la educación también lo es. También sabemos que en los hogares con mayor apoyo parental disminuyen la vulnerabilidad frente a comportamientos agresivos. Ante esta realidad, habría que hacerse esta pregunta ¿Cómo formar a la familia de nuestro alumnado?

Hay muchas culturas digitales porque existen tantas como maneras de ser joven, tantas como modos de entender la juventud y comportarse siendo joven.

El último tercio del taller lo dedicó a incorporar algunas aportaciones de vanguardia para conectar con esa juventud que vive conectada. Sobre todo, apuntó el trabajo de Marina Bers y su marco de desarrollo tecnológico positivo.

Y explicó dos ejemplos prácticos:

1.- Vamos a enseñar programación: el código como otra lengua. (https://sites.tufts.edu/codingasanotherlanguage/) que pone en funcionamiento una manera de aprender código utilizando los mismo mimbres que para enseñar otro idioma.

2.- El centro como entorno digital: Proyecto digital de centro.

Porque, según Trujillo, tenemos que convertir nuestros centros en esos escenarios digitales que potencian el desarrollo tecnológicamente positivo.

A partir del análisis de situación con la herramienta europea SELFIE, tras el análisis, un plan de actuación. Incluyendo en el proyecto digital la dimensión pedagógica y la organizativa, no solo la de los dispositivos.

Para terminar, Trujillo lanzó un último pensamiento: Esto no es una moda, es una revolución cultural, la cuestión es qué papel queremos tener en esa revolución. Esa es la pregunta que deja en el aire Fernando Trujillo para que cada quien se la responda tras una reflexión personal.

 

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