26 octubre, 2022

Manejan redes sociales desde dispositivos móviles, plataformas de música y cine, son capaces de jugar o ver jugar a videojuegos mientras interactúan en un chat de una plataforma de live streaming. Sin embargo, sus profesores y profesoras detectan que muestran carencias a la hora de utilizar herramientas digitales educativas.

La edad perfecta para iniciarse en el uso de la tecnología para aprovechar sus beneficios educativos se ve sobrecargada con el uso social y lúdico de Internet, y nos encontramos con que chicas y chicos de entre trece y veinte años se las ven y se las desean para utilizar con seguridad algo tan útil como su correo electrónico.

Es posible que al no identificar la necesidad de utilizar esa herramienta no hayan profundizado en la necesidad de conocer, por ejemplo, la estructura adecuada para escribir un mensaje claro, conciso y directo. Algo que no tiene que ver con la tecnología, sino con las habilidades en el uso del lenguaje escrito.

Si los y las jóvenes ven la utilidad de aprender a utilizar correctamente herramientas imprescindibles, pondrán un mayor interés en ellas.

Entre broma y seriedad nos animamos a recordar esa estructura tan útil para escribir un buen mensaje que es la de Íñigo Montoya, aquel personaje tan recordado que creó William Goldman para La Princesa prometida y al que dio vida “Mandy” Patinkin. Por si os resulta útil para explicarla a vuestras hijas e hijos.

1.- Saludo: utiliza una fórmula de cortesía en función de a quién vaya dirigido el mensaje.

Hola:

2.- Presentación: Di tu nombre y si es necesario, algo que te identifique ante quien escribes.

Mi nombre es Íñigo Montoya.

3.- Razón por la que se escribes: Un breve resumen de la causa por la que contactas con la persona a quien diriges el mensaje.

Tú mataste a mi padre.

4.- Mensaje: En pocas palabras, lanza el mensaje y, si lo necesitas, explica la solicitud.

Prepárate a morir.

Si los y las jóvenes ven la utilidad de aprender a utilizar correctamente herramientas imprescindibles, pondrán un mayor interés en ellas. Cuanto antes encuentren la utilidad y el dominio de las herramientas educativas, antes las incorporarán en su día a día y mayores beneficios sacarán de su utilización.

Otros detalles que se han venido detectando en muchos y muchas jóvenes es que, cuando se les solicita presentar trabajos desde sus dispositivos, no saben cómo enderezar imágenes o recortar capturas de pantalla para insertar únicamente la parte interesante de esa captura.

Y algo que va más allá de detalles de fácil solución, en aplicaciones como Google Drive les cuesta llevar una organización, y también se pierden en el manejo de un recurso tan utilizado y útil como es Google Classroom, donde, por ejemplo, no saben diferenciar tareas pendientes o añadir archivos. A lo que hay que añadir que una gran mayoría necesitan formación en la protección de su privacidad en la red.

No perdamos de vista que Internet ofrece muchas posibilidades para agilizar el trabajo en equipo. Como padres y madres, si conocemos y entendemos estas herramientas podremos acompañar a nuestras hijas e hijos en su uso.

Y ya que estamos desempolvando referencias cinematográficas, recurramos a una que viene muy bien a este caso, la que trae el recuerdo de una de las secuencias más memorables de la película Grand Torino. Aquella en la que el personaje de Clint Eastwood, Walt Kowalski, enseña su taller a su vecino Thao.

Cuando Thao se lamenta porque se ve incapaz de llegar a tener jamás una colección de herramientas tan extraordinaria, el veterano Kowalski elige, de entre todas, tres, y le dice algo así como, cualquiera que se precie puede hacer la mitad de los arreglos del hogar con solo estas tres cosas.

Un bote de WD-40 (aceite lubricante), unas mordazas y un rollo de cinta americana. La propuesta del experto Walt era empezar por esas tres y después cada cual puede continuar creando su propia colección de herramientas.

Bee Vang y Clint Eastwood como Thao y Walt en el taller de Walt en Grand Torino.

Desde Educación Conectada hemos querido elaborar nuestra propia pared de herramientas, empezando también por las que hemos considerado imprescindibles. Y os presentamos esas aplicaciones en un tutorial con la idea de que animéis a vuestros hijos e hijas a que las utilicen para sacar un mayor partido a su día a día digital.

Desde Educación Conectada hemos querido elaborar nuestra propia pared de herramientas, empezando también por las que hemos considerado imprescindibles.

 Estas son las que consideramos las aplicaciones de la pared Walt Kowalski de la era digital para la educación. En nuestro caso, son seis:

En nuestra pared podrás encontrar herramientas para trabajar en equipo y en línea y para uso individual.  Entre las primeras, algunas de las aplicaciones de Workspace de Google que son muy útiles. 

  • Google drive, un recurso tremendamente útil para el trabajo en equipo.
  • MindMeister, una aplicación para elaborar mapas mentales entre varias personas conectadas.
  • Prezi, una herramienta para crear presentaciones muy dinámicas que permite el trabajo conjunto y simultáneo en remoto.
  • Wetransfer, un servicio de transferencia de archivos informáticos por Internet que acelera los procesos en los que son necesarios compartir documentos de cierto peso.

Y no nos olvidamos de algunas aplicaciones que pueden ayudar a nuestras hijas e hijos a mejorar en diferentes áreas educativas.

  • Duolingo, para aprender idiomas a través de ejercicios didácticos.
  • Academons, con la que niñas y niños de Educación Primaria aprenderán Matemáticas, Lengua o Ciencias Naturales, entre otras asignaturas.
Si quieres conocer estas recomendaciones con todo detalle y alguna más para acompañar
a tus hijas e hijos en el entorno digital, visita nuestra sección Tutoriales para familias  (https://www.campusfad.org/educacion-conectada/formate/tutoriales/)

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