Las nuevas tecnologías están presentes en todas partes. Tanto es así que muchos otros objetos, movimientos, acciones y gestiones que formaban parte de nuestro día a día han ido quedando desplazados y otros están en vías de hacerlo, porque todo lo hacemos a través de internet o cualquier dispositivo móvil.

¿Puedes pensar en para cuántas cosas usas el móvil, por ejemplo, en tu día a día?

¿Has calculado alguna vez el tiempo que inviertes en cualquier modalidad de aparato o aplicación tecnológica?

¿Piensas alguna vez en el tiempo que antes quizá se invertía en hacer las mismas cosas, pero sin el elemento tecnológico?

Ahora bien, cuando algo está tan presente en nuestras vidas y nos aporta tantas ventajas, ¿no resulta demasiado fácil acostumbrarse a ello y quedar “intoxicados” a poco que nos descuidemos?

¿Qué podemos trabajar con este audiovisual?

Comenzamos la actividad viendo la secuencia escogida en esta ocasión. En ella se produce una reunión familiar con una introducción muy significativa: “Lo de los aparatos tecnológicos es un descontrol”. A partir de ahí, todo lo demás viene rodado y la propuesta de los padres es clara: toca lo que llamaremos “desintoxicación tecnológica” por el plazo de una semana.

  • ¿Qué te parece la medida? ¿La ves exagerada?
  • ¿A qué se puede estar refiriendo la madre cuando dice que es un descontrol?
  • ¿Puedes pensar en situaciones concretas en las que quizá se haya visto esa familia para catalogar la situación así?
  • ¿Te echarías a temblar si se te planteara una semana de desintoxicación tecnológica?

Realmente cuando las hijas e hijo de esta familia están reaccionando poniendo el grito en el cielo es porque saben que van a tener que hacer muchos, muchos cambios en su día a día cotidiano para poder cumplir la nueva norma. Ella les hace propuestas para suplir esa carencia que les parecen inaceptables. (P.e. el uso de la enciclopedia o del teléfono fijo).

A continuación vamos a proponer una pregunta a resolver con la participación de todo el aula, pero la forma de resolverla es a través de una dinámica-juego. Ésta es la pregunta:

  • El padre, directamente, lo cataloga como “volver a la prehistoria”. Quizá el planteamiento del padre es exagerado pero… ¿puedes pensar en qué aparatos, herramientas o costumbres habría que “desempolvar” para poder volver a hacer las cosas como las hacíamos antes?

Si respondiéramos a esta pregunta en gran grupo con una tormenta de ideas aparecerían respuestas como las siguientes –a las que quizá el coordinador o coordinadora de la actividad deba ayudar, porque algunas de ellas ni las habrán conocido-:

  • habría que volver a usar el despertador,
  • el diccionario,
  • la enciclopedia,
  • ir a hacer las gestiones directamente al banco,
  • esperar a que el teléfono de casa esté libre o llamar desde una cabina, pagando con monedas,
  • ir a una biblioteca para cualquier consulta que se salga un poco de lo normal…

Sin embargo, proponemos que se le dé algo más de dinamismo a la actividad incorporando una especie de timbre o campanilla (algo que quizá se pueda pulsar y que emita un ruido) porque vamos a necesitar interrumpir repetidas veces el relato de un voluntario o voluntaria que tendrá que contarnos qué hace un sábado o domingo cualquiera desde que se levanta hasta que se acuesta.

La persona que narrará su historia sale delante de la clase y se nombrará a otros 3 voluntarios o voluntarias que harán de tribunal. La función de éste consiste en detener el relato tantas veces como sea necesario (mediante el timbre o campanilla) para constatar si alguna de las cosas que están relatándose implica el uso de tecnología. Ante el sonido, quien estaba narrando deja de hacerlo y se somete a la pregunta del tribunal –puede provenir de cualquiera de los tres componentes- que le preguntará cómo hace esa actividad y si usa alguna tecnología para ello. Por ejemplo, “Dices que te despiertas por la mañana. ¿Usas el móvil como despertador?”, o “Dices que escuchas música mientras te duchas. ¿Cómo lo haces? ¿Usas la tecnología para ello?”.

Si la respuesta es afirmativa, el tribunal debe dar al voluntario o voluntaria una alternativa para hacer lo mismo que dice hacer, pero sin tecnología de por medio (da igual cuán tedioso o prehistórico quede el resultado de esa propuesta). Si no supieran dar alternativas por desconocimiento debido a la edad, quien coordina la actividad deberá ayudar en este sentido. Si no, ha de invitárseles a que piensen un poco más.

Por cada uso de la tecnología que los jueces o juezas detecten, se hace una anotación en la pizarra o lugar visible. No se trata tanto de acusar al voluntario o voluntaria que está narrando, sino de evidenciar cuán presentes están las tecnologías en nuestra vida. Así, la persona que está contando su plan de sábado no debe alterar en nada su relato para evitar ser preguntado o evitar acumular puntos. Se trata, más bien al contrario, de no obviar ninguno de los usos tecnológicos que tenemos en nuestro día a día y reflejarlo en el juego. Cuantas más veces tenga que intervenir el tribunal, además, más divertido será.

Sobre lo que se derive de esta actividad vamos concluyendo con las principales evidencias: la tecnología está aquí, ha llegado para no marcharse y ya prácticamente no sabemos vivir sin ella. Pero también es cierto que nuestro uso no se limita solo a lo necesario, sino que tiene que ver mucho con lo lúdico y con nuestras propias preferencias (preferimos el whatsapp a hablar, preferimos los contactos virtuales que muchos de los presenciales, preferimos la compra a distancia que salir a buscar el producto a la calle…).

En el momento en que no sabemos ponernos límites al respecto, o acotar su presencia a lo necesario, rápidamente entramos en una vida desconectada de los demás, demasiado centrada en las pantallas y botones y con una clara falta de crecimiento y de la actividad necesaria para madurar y tolerar las frustraciones que el día a día trae. Eso es lo que entendemos que esta madre y este padre quieren evitar en su familia.

Pero llama la atención una frase de la madre hacia el padre, en la que confiesa que no tiene ninguna fe en él. Esto dará pie al último bloque de preguntas, con el que se concluirá la actividad.

  • ¿A qué piensas que se refiere con esto?
  • ¿Crees que esa desintoxicación tecnológica es algo que solo la gente joven necesita, o también la gente adulta?
  • ¿En qué tipo de gestos, acciones o síntomas notas que los adultos y adultas alrededor tuyo también necesitarían una desintoxicación tecnológica?
  • ¿Se te ocurren medidas para que tu familia sea un entorno más tecnológicamente sano?