3 abril, 2014

Este blog aborda los aspectos del voluntario y el emprendimiento en su desarrollo desde la escuela. Dice Marina  que “…la educación camina sobre dos patas: la instrucción y la formación de la personalidad. De la instrucción se ocupa la escuela, de la formación de la personalidad, los dos”. Este Blog se asienta sobre la segunda de las patas. Y hoy me gustaría centrarme en el papel de las familias. Si nuestro objetivo es que las personas que pasen por las aulas sean ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la sociedad, creo, es importante cuidar cuál es el papel de las familias en los centros escolares. 

Entre los extremos de una escuela opaca a las familias al otro como el modelo de la escuela Els Encants de Barcelona, hay un gran número de matices. Algunas notas.

Parece claro que el camino para la mejora de este “encuentro” pasa por fomentar vías de participación y comunicación entre escuela y familias, mejorar la predisposición a colaborar de ambas partes y favorecer la conciliación laboral con el horario escolar.

Sin embargo no vamos a ocultar las mil y una dificultad con las que nos encontramos y que no es necesario recordar ni por parte de los colegios ni por parte de las familias. 

Un primer escalón se basa en ser conscientes para modificar esto que se ha venido en denominar el predominio de la cultura de los derechos sobre una cultura de los deberes. Como señala Marina todos somos muy rápidos en exigir a los demás, y muy lentos en exigirnos a nosotros mismos. Nos encontramos con muchas familias que se sienten que se les critica a ellos cuando es realidad el tutor les está hablando de sus hijos. 

Un segundo escalón pasa por la creación de espacios para el intercambio familias/colegio. Algunos “más institucionales” como las AMPAS, de las que sólo un 17% aproximadamente de las familias participa activamente y que es necesario reformar en su concepción y competencias, y otros muy ricos en oportunidades como las intervenciones en clase, actividades conjuntas…

Nos puede servir de referencia lo que leemos en el diario de la escuela Els Encants: “Disfrutar de la calma, respetar los procesos de la vida de los niños, crear comunidad de aprendizaje, corresponsabilidad educativa, desarrollo de la inteligencia generativa, educar para la vida”

Es cierto que este cambio de escenario, como comenta Lola Abelló, puede suponer no pocas tensiones a los docentes, pero no es menos cierto que es, creo, el mejor camino si queremos tender hacia ese horizonte de referencia que es la ciudadanía activa.