Si hay algo en lo que coincidimos en todos los “corrillos” en los que me muevo es que esta sociedad nuestra va a cambiar. No sólo por todo lo que significó en su día la postmodernidad, o la globalidad o todas las herramientas de comunicación o nuevas tecnologías o todo lo que están significando los itinerarios de la crisis… Lo cierto es que la sociedad está cambiando hacia modelos desconocidos… Y en este proceso de cambio la escuela tiene un papel clave y fundamental. En quince años el sistema educativo ha ido cambiando conforme la sociedad lo hacía. Y así las formas, los contenidos, las metodologías, los apoyos… van tornando en constantes cambios.
Pero hay una realidad muy preocupante. Desde el año 1970 asistimos a un loco baile de siglas en lo que respecta a las Leyes de Educación LGE -1970-, LOECE -1980-, LODE -1985-, LOGSE -1990-, LOPEG -1995-, LOCE -2002-, LOE -2006-, LOMCE -2013-. Sin embargo ninguna ha conseguido tanto consenso en su contra como la última.
Con estas ocho leyes podemos preguntarnos ¿Es necesaria una reforma educativa? La respuesta es clara: Sí. Pero una reforma educativa desde el diálogo y la serenidad, donde TODA la comunidad educativa, los grupos políticos y las administraciones tengan palabra respetada. Una reforma desde el consenso, no desde la imposición como la historia nos muestra. Una reforma cuyo centro sea la persona del estudiante, donde se reflexione sobre la persona y su ser en el mundo, comprometida con el apasionante proceso de la existencia en el aprendizaje del oficio de vivir.
Respecto de esta última hay mucho muy bien escrito, personalmente no creo en una Ley que abra con estas palabras: “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. Su nivel educativo determina la capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro.”
La educación no se puede reducir a la competitividad y capacitación laboral; por el contrario la educación habla de construcción de la persona, integridad, sociedad comprometida, gentes solidarias y críticas, cohesión social…
La educación es un arte que invita a docentes preparados que investiguen, busquen, propongan, experimenten y luchen en muchos casos contracorriente… Requiere de tiempos amplios y holgados, espacios suficientes, adaptaciones, permeabilidad de la escuela a su entorno, trabajo con las entidades sociales, metodologías… Habla de respetos, tolerancias, implicación, confianzas y apoyos…
Muy mal ejemplo éste que damos a los estudiantes -futura sociedad- al no ser capaces de superar diferencias, buscar puntos de encuentro y lograr cohesiones.
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