Sabemos que el juego es positivo, contribuye a conseguir distintos aprendizajes que van a posibilitar un adecuado desarrollo de adolescentes y jóvenes.
En concreto, los videojuegos aportan ventajas a la hora de estimular el razonamiento lógico y la toma de decisiones, la agudeza visual, la coordinación de movimientos, las capacidades para el trabajo en equipo y para afrontar distintos retos…
Todo ello, unido a su capacidad de ofrecer diversión y entretenimiento, supone para muchos adolescentes y jóvenes, una estimulante actividad a la que dedicar gran parte de su tiempo libre.
Sin embargo, es importante promover un uso adecuado que minimice riesgos y tener en cuenta algunos aspectos que aseguren su pertinencia y capacidad en su uso como herramienta educativa.