9 diciembre, 2022

Desde que pasamos el segundo milenio, los videojuegos son, de entre todas las opciones de ocio cultural y audiovisual, la preferida en España. Según la AEVI (Asociación Española de Videojuegos), en 2021, se contabilizaron en nuestro país 18 millones de jugadores y jugadoras de videojuegos.

El 44% de esos 18 millones de personas tiene entre 5 y 24 años. Lo que sitúa el videojuego como una opción ampliamente utilizada por los y las jóvenes para ocupar su tiempo de ocio.

¿Qué supone esa cifra? Si tenemos en cuenta que la media de dedicación semanal a los videojuegos de quienes los utilizan rozó las 7 horas, supone que estamos ante una ocupación que requiere una dedicación considerable a quien los utiliza y ante un negocio de grandes dimensiones que, como es lógico, pretende seguir creciendo.

          La industria de los videojuegos duplica lo generado por el cine y quintuplica las cifras de negocio de la música grabada.

Con estos datos en la mano, no resulta difícil comprender que el uso de dispositivos electrónicos está directamente unido al consumo de videojuegos en millones de familias.

De ahí que se valoren, por un lado, como aliados para cubrir el tiempo de entretenimiento, y por otro lado, en no pocas ocasiones, como un foco de preocupaciones.

El tiempo de uso y los contenidos son los dos grandes focos de preocupación de las familias.

Los videojuegos se han convertido en una forma de entretenimiento que hay que saber utilizar para que no influyan de manera negativa en nuestro día a día.

¿Qué pegas tienen? ¿Por qué se les acepta con cierto recelo? ¿En qué hay que fijarse?

Muchas familias desconfían de los videojuegos. La posibilidad de caer en la adicción es una preocupación recurrente, y que esto perjudique en el rendimiento escolar también preocupa.

Otra cosa que marca la relación de las familias con los videojuegos es si son o no adecuados a las edades, si sus contenidos son convenientes o incluso si pueden ser perjudiciales.

Por lo tanto, el tiempo de uso y los contenidos, esos son los dos grandes focos de preocupación de las familias.

Aquí hemos puesto en valor muchas veces a los videojuegos, pues hay muchos que, desde puntos de vista diferentes, pueden resultar de gran ayuda para el desarrollo intelectual y emocional.

Por lo pronto, en muchos casos, suponen la primera forma de relación con la tecnología. Y no son pocas las ocasiones en las que se llega a través del juego al dominio de la programación o de alguna otra materia.

Vamos a lo práctico.

En Educación Conectada hemos preparado un vídeo tutorial para familias dedicado a los videojuegos, pensamos que aún hay algunas cosas que merece la pena que se conozcan para poder elegir y acompañar a nuestros hijos e hijas en su experiencia lúdica si eligen este entretenimiento.

En este tutorial puedes encontrar todo lo que necesitas saber sobre el código Pegi, esas etiquetas que determinan la edad recomendada para cada juego, así como el tipo de contenido.

También vas a poder ver qué se puede considerar adicción referida a los videojuegos, cómo detectarla, y lo más importante, cómo evitarla.

Y, además, se centra en uno de los aspectos más importantes para conocer a la hora de navegar por internet y de jugar con videojuegos: los patrones de diseño oscuro.

Algo que tiene que ver con el diseño de algunos juegos y que si se conoce puede ayudar mucho a tener experiencias agradables, interesantes, entretenidas y seguras.

Hablamos de esas estrategias de diseño de los juegos que benefician a quien los diseña y perjudican a quien los juega.

Aquí podrás conocer los principales patrones de diseño oscuro, como los bautizó Harry Brignull en el año  2010, patrones que tienen que ver con el tiempo de uso, o con otros parámetros como las capacidades sociales, las recompensas que inciden en lo psicológico o la incitación al juego con dinero real.

          Conociendo los patrones de diseño oscuro podremos identificar mejor los tipos de juego y elegir el más adecuado para nuestros hijos e hijas.

El hecho es que ellos y ellas han decidido ocupar su tiempo jugando con videojuegos, y eso no quiere decir que debamos ceder a los diseñadores de estos entretenimientos nuestro espacio como educadores.

Además, para que el tutorial sea lo más completo y útil posible, proponemos algunos sencillos trucos para garantizar que usen correctamente los videojuegos, acciones que van desde probar a jugar con ellos hasta la utilización de herramientas de control parental.

Utilizar ese tiempo de ocio para algo que puede desarrollar sus habilidades cognitivas y la riqueza de su lenguaje, y que puede fomentar también su creatividad; o utilizarlo, haciendo lo mismo, jugando a videojuegos, para desorientarse, desmotivarse, generar tensión, acumular ira… es una elección que se puede hacer cada vez que encendemos el ordenador o la videoconsola,

Ayudar a elegir bien es parte de la misión educativa del entorno familiar.

Si quieres saber más sobre cómo acompañar a tus hijos e hijas en el entorno digital visita nuestra sección Tutoriales para familias  (https://www.campusfad.org/educacion-conectada/formate/tutoriales/)

 

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