10 marzo, 2013
Eastop – Juntos Podemos

La frase del título no es mía, es de Elena Cortina, ¡qué bien dice las cosas esta mujer!: No se construye una sociedad justa con ciudadanos mediocres; pero  ¿cómo evitar la mediocridad?.

Es cierto que invocamos a la excelencia, como si su sola conjura fuera respuesta a todos los males. Todo se soluciona desde los criterios de la excelencia y la calidad, nos dicen. Creo que entendemos mal la excelencia, ésta no tiene que ver con rellenar numerosos informes, ni con una competición donde los fuertes sobreviven. Como bien dice Elena Cortina  no sobreviven los más fuertes, sino los que han entendido el mensaje del apoyo mutuo, los que saben cooperar.  Y es aquí donde creo se sitúa la actividad educativa, una actividad que no puede dar la espalda al compromiso social, la excelencia bien entendida y la conjura a la mediocridad.

A estas alturas todos andamos convencidos que la educación no se puede limitar a cultivar el espíritu cívico y la promoción de la ciudadanía dentro del espacio del aula. Los procesos educativos salen de las aulas e interaccionan con todo lo que ocurre más allá del espacio de los colegios.  Sabemos como bien dice Rifkin, que los estudiantes de cualquier edad aprenden mejor si su educación es experimental y está basada directamente en la resolución de problemas en la comunidad.Y es aquí donde su sentido las experiencias de Aprendizaje-Servicio de las que venimos hablando.

El Aprendizaje-Servicio -APS- es una combinación de dos elementos muy conocidos: compromiso social y aprendizaje de conocimientos, habilidades, actitudes y valores. Este compromiso social se da en distintos escenarios a los cuales se denominan ámbitos de servicio: el apoyo a la formación, la ayuda próxima a personas, el intercambio generacional, la promoción de la salud, la participación ciudadana, el medio ambiente, el patrimonio cultural, la solidaridad y cooperación, …Su originalidad estriba en la combinación de estos dos elementos creando una metodología, filosofía y pedagogía nuevas.

 El APS es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y servicio a la comunidad en un solo proyecto bien

APS - Aprendizaje-Servicio APS – Aprendizaje-Servicio

articulado donde las personas participantes aprenden trabajando en necesidades reales del entorno con el fin de mejorarlo: combinación de la ciudadanía; aprendizaje desde la responsabilidad; reflexión, acción y educación en valores; basado en un sentimiento de reciprocidad, no de paternalismo. Una buena práctica ha de reunir cinco dimensiones: reflexión, intencionalidad, participación, aprendizaje y servicio.

Se trata de sacar lo mejor de las propias capacidades, lo cual requiere esfuerzo, componente ineludible de cualquier proyecto vital. Y hacerlo, no solo en provecho propio, sino también de aquellos con los que se hace la vida, aquellos con los que y de los que se vive.

Cualquier acción comienza desde la pregunta ante una situación: ¿qué podemos hacer? Y continúa por una planificación en grupo, una ejecución por el mismo grupo y finaliza con una evaluación.

Cuando aplicamos esta metodología a las etapas de educación infantil y primaria  En el fondo consideramos ya a estos niños como ciudadanos capaces de generar cambios positivos en su comunidad  asumiendo roles significativos y desafiantes. Para que la experiencia tenga éxito cuanto más pequeños son los niños y niñas, más concreto y visible tiene que ser el servicio que hacen a los demás.

Habría que decir que como todo lo bueno de la vida, esto del APS  se aprende haciéndolo y no vale acercarse de oídas. ¿Beneficios y bondades? Muchísimas.

Si por fin he conseguido convenceros de todas las bondades del APS aquí tenéis información y bancos de experiencias que os pueden ser muy útiles: