26 mayo, 2023

Ante la avalancha de informaciones que a diario aparecen a partir de las nuevas realidades que el uso de las nuevas tecnologías en la infancia, hemos querido conversar con quien, por su trabajo, está más en contacto con los cambios que se están produciéndose en el día a día de la infancia.

Marina Labrador, 10 años de experiencia como psicóloga infantil

Marina Labrador es, desde hace una década, psicóloga de educación infantil, y ha visto el proceso evolutivo de la incorporación de la conectividad y lo que esta conlleva en la vida de niños y niñas de infantil y primaria. Actualmente, y desde hace un lustro, desarrolla su labor en en un centro escolar de la Comunidad de Madrid.

 En este momento un regalo comúnmente extendido para una niña o un niño de nueve o diez años es un Smartphone con toda la conectividad abierta y sin límites de utilización.

Sí, es algo que hay que tener claro, y eso quiere decir que ya en cuarto de primaria hay muchos niños y niñas que tiene acceso a internet sin límites, con diez años.

¿Y les regalan un móvil sin filtros?

Claro, ése es el problema, que les dan un móvil, pero no les ponen un cierto límite.

Y si todo el mundo entiende que un niño o una niña que va por la calle encuentra sitios donde no debe meterse…

Creo que no son conscientes, el pasado lunes tuve un café pedagógico con las familias y me decían que el que tuviesen móvil totalmente abierto no era un problema porque lo que les dejan ver es una red social en concreto, como queriendo decir que eso es algo inocuo, y justamente es esa red social la que yo les desaconsejaría, por muchas razones.

Porque las redes sociales realmente no las utilizan como una red en la que participar con un grupo de gente amiga, sino como una ventana desde la que cotillear, por explicarlo de alguna manera.

Sí, es algo en lo que se fijan de una forma totalmente pasiva. Es a partir de la ESO cuando empiezan a subir sus propios contenidos, pero aún hay cosas que no tienen claras. También tenemos conflictos en primaria porque suben fotos sin consentimiento de los compañeros. No tienen claro dónde está el límite. En secundaria el problema se agrava porque hacen las fotos sin consentimiento a compañeras o compañeros, y también al profesorado, y eso genera conflictos, claro.

“Durante la infancia tienen que hacer un uso supervisado de internet, y creo que eso es lo que se nos olvida”

¿Y qué crees que podríamos hacer? En principio la teoría es fácil, pero ¿Cómo se puede explicar esto a un niño y una niña?

Hace tiempo que practico la disciplina positiva. La clave de esta fórmula pedagógica está en dar el mismo valor a las dos palabras, hay que tener apertura hacia sus inquietudes, respetarlas y recordar siempre que las personas adultas tenemos que inculcar, también, una cierta disciplina.

Educarles y guiarles por donde va el camino seguro, y si hay un río, tenemos que ayudarles a cruzarlo, ponerles un puente, ponerles barreras, claro, no podemos dejar que se ahoguen.

Creo que la discusión no es si móvil sí o móvil no, o si hay que fijar una edad estándar para que lo tengan, hemos pasado de la tendencia a retrasarlo al máximo a la actual que es cuanto antes mejor, pero la discusión debería nacer de la pregunta ¿para qué?

Si tienen un dispositivo tiene que servirles para lo que les resulte útil, para lo que realmente necesitan, y eso implica que deben tener algunas limitaciones, y que instalar el family link debería ser lo establecido como norma. Hay que preguntarse ¿para qué quieres que tengan móvil?

Por otro lado, si tienen posibilidad de entrar en internet en casa en otros dispositivos, esa capacidad del móvil deja de ser primordial.

Y fíjate, ahí tienes la clave, tiene que ser con el acompañamiento de las familias, en un lugar en el que estén con gente, tener el ordenador en el salón, en el comedor, pero no en la habitación. Porque durante la infancia tienen que hacer un uso supervisado de internet, y creo que eso es lo que se nos olvida.

También sucede que hay una especie de presión social. No solo del uso del móvil, que también, sino del cómo se usa el móvil, que se suma a las de siempre, a la presión sobre cómo tienes que ser, cómo tienes que vestir, cómo tienes que comportarte, qué insultos tienes que dirigir y a quién, cuáles son las palabrotas del momento, qué modo de hablar…

Sí, pero claro, es que ahí entra la preadolescencia, al final lo que fomentan las redes sociales es un narcisismo. Ahora mismo el problema que estoy viendo en los últimos cursos de primaria y en secundaria es que las redes sociales lo que nos ofrecen es una plataforma donde todos podemos mostrar nuestra vida, nuestros logros, nuestra apariencia. Y eso lo que alimenta, en el fondo, es el narcisismo. Estamos creando una generación de narcisistas, de niñas y niños que buscan la vanidad, que buscan el reconocimiento constante de los demás. Obtener el “me gusta”, seguidores, comentarios, y eso al final, refuerza esa necesidad de tener la atención del resto. Y tener una autoestima que se basa en la aprobación externa es un problema.

Obtener el “me gusta”, seguidores, comentarios, refuerza la necesidad de tener la atención del resto

Y estos niños y niñas que sueñan con ser youtubers o influencers en cualquier otra red, ¿piensan habitualmente en buscar contenidos que interesen a otras personas o lo en lo que se centran es en tener una personalidad atractiva y a partir de ahí hablar de lo que sea?

Ojalá fuese lo primero, se podría trabajar en marketing y se podría trabajar la economía, la publicidad, cualquier contenido interesante, pero no, en general, simplemente lo que hacen es copiar, imitar. Sería estupendo poder favorecer un pensamiento creativo, que difundiesen sus gustos especiales, y en cambio, resulta que se penaliza mucho a quienes tienen un interés distinto al del resto. Tanto es así, que, en bastantes casos, ocultan esos gustos o intereses diferentes.

“Hay que centrarse en que los utilicen como una herramienta positiva para sus vidas, porque existen mil maneras de uso que podrían favorecen su desarrollo personal”

Y en estos últimos cinco años ¿ha habido algunos cambios?, porque hemos vivido la pandemia y la pandemia nos ha cambiado un poco.

No sé hasta qué punto achacarle todas las cosas a la pandemia, ya nos ha dado tiempo a recuperar algunas cosas que perdimos, aunque por ejemplo han salido los resultados de comprensión lectora del Estudio Pirls, y ese retroceso, que lo ha habido, resulta que no ha sido tan acusado como se esperaba.

Sí que se está dando un cambio sociocultural, de valores, impulsado por la tecnología, es un desarrollo casi total. No creo que sea por la pandemia, pero creo que hay diferencia. Yo no veo un cambio a peor, ni a mejor, lo veo, fíjate, lo veo diferente y, por lo tanto, entiendo que es simplemente un cambio social que estamos viviendo. Niños y niñas conectados a sus tablets a la hora de la cena, con dispositivos en sus cuartos y plataformas de cine y series para elegir entre miles de opciones y no siempre con supervisión. Eso es un cambio.

Y dentro de esta situación, los centros escolares con la difícil papeleta de decidir hasta dónde llegar y desde cuándo.

Creo que no es posible poner puertas al mar ahora mismo. No les puedes pedir que vengan sin móvil, porque muchas familias quieren que vengan con móvil, para saber, si son adolescentes que van solos a casa y que cogen el autobús, cuándo entran cuando salen.

Sin embargo, creo que hay que centrarse en que los utilicen como una herramienta positiva para sus vidas, porque existen mil maneras de uso que podrían favorecen su desarrollo personal.

 

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